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Las ventas sin impuestos desaparecen desde julio en viajes dentro de la UE

Xavier Vidal-Folch

El poderoso grupo de presión de las tiendas libres de impuestos perdió ayer no una batalla, sino la guerra. La Comisión Europea dictaminó que deben dejar de recibir exenciones fiscales el 1 de julio para las ventas intracomunitarias. Bruselas contestó al Consejo Europeo, que pidió una prórroga del período transitorio, indicando que la pérdida de empleo será irrelevante. Las duty free no desaparecerán, pero podrán vender sólo a viajeros con destino en países de fuera de la UE.

La confederación de las tiendas libres de impuestos auguró unas pérdidas de 50.000 empleos, de una plantilla de 140.000 trabajadores. El Ejecutivo comunitario reduce a algunos centenares la pérdida de puestos de trabajo. La patronal estuvo a punto de ganar la partida de la desarmonización fiscal en la cumbre de Viena, donde logró que París, Bonn y Londres se rindiesen a sus encantos.Los tres Gobiernos pidieron a la Comisión que propusiera una prórroga de sus ventajas. El responsable de Mercado Interior, el comisario Mario Monti, italiano y liberal, logró ayer la unanimidad de sus colegas contra esa pretensión.

Y como en esto Bruselas tiene la última palabra -pues hay una decisión unánime de los jefes de Gobierno y la Comisión goza de la iniciativa legislativa- la polémica queda zanjada. Las tiendas no desaparecen. Simplemente, los viajeros que se desplacen dentro de la UE no podrán comprar los artículos sin impuestos, aunque sí podrán hacerlo en viajes extracomunitarios.

El eventual perjuicio a los clientes, según el documento de la Comisión aprobado ayer, es mínimo. La mayor parte de la exoneración fiscal se la engullen los dueños de las tiendas, gracias a márgenes "más elevados" que los normales, de forma que "la ventaja de precios" para el consumidor "es frecuentemente escasa, o nula", según las encuestas realizadas al efecto. "Los precios de productos exonerados de impuestos son muchas veces superiores a los fijados por los detallistas normales", concluye.

En cambio, los perjuicios de mantener esa bicoca son notables, alega la Comisión. Los Estados pierden en impuestos unos 2.000 millones de euros anuales (332.000 millones de pesetas) y mantener los privilegios contradice la desaparición de las nociones de importación y exportación dentro del mercado interior.

Periodo transitorio

Los afectados han dispuesto del periodo transitorio para adaptarse más largo de la historia europea. Las ventajas fiscales en aviones, aeropuertos y transbordadores discriminan a otros transportes, como el ferroviario. Suponen ayudas de Estado que distorsionan la competencia. Mantenerlas implica arriesgarse a recursos judiciales. Y, sobre todo, retocar ahora el calendario, ampliando el período de exoneraciones fiscales, supondría ensombrecer "la credibilidad de los periodos transitorios, plazos y calendarios" de todas las normas europeas, alegó Monti.

Frente a las dramáticas apelaciones del sector a las pérdidas de empleos, Monti auguró que "probablemente no disminuya mucho la demanda", porque los clientes de esas tiendas son "cautivos". En todo caso, se trasladará a los comercios normales, con lo que es improbable una "incidencia cuantificable" en el paro, añade el documento, salvo en los transbordadores del Golfo de Botnia [Finlandia], de Irlanda a Francia y de Dinamarca a Alemania, "que pueden estimarse, como máximo, en un centenar de empleos".

Pero, precisamente, la ministra de Hacienda de Dinamarca, "la única que ha presentado un estudio con cifras, considera que el efecto neto global sobre el empleo será positivo". El principal efecto negativo, reconoció irónicamente el comisario, se notará en las cuentas de resultados de las tiendas del sector. Pequeños gajes de la competencia y del fin del proteccionismo.

Lo extraño no es que ellos hayan protestado. Lo raro es que líderes socialistas como Gerhard Schröder, Tony Blair o Lionel Jospin, embelesados por la coartada del paro, prestasen oídos a los cantos de sirena.

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