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Reportaje:

Educación se compromete a acabar con el caos de las enseñanzas artísticas

Alumnos y profesores desconvocan la huelga ante la promesa del Gobierno

La histórica precaria situación de las enseñanzas de arte dramático parecía que iba a resolverse con la llegada de la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), hace ocho años. Sin embargo, la situación se ha postergado hasta colocar a estas enseñanzas "en una disparatada y vejatoria situación administrativa", según denuncian los profesores de la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD). Cientos de alumnos y docentes se manifestaron y declararon en huelga la pasada semana para clamar a gritos una solución. Abandonaron provisionalmente el paro el jueves ante la promesa del Ministerio de Educación y Cultura de atender a sus peticiones, aunque no descartan emprender nuevas movilizaciones si las conversaciones o el desarrollo de lo pactado vuelve a estancarse.Los profesores y estudiantes solicitan que esta situación kafkiana se resuelva, que el ministerio fije una fecha para desarrollar la Ley de Enseñanzas Artísticas, que regule definitivamente el Estatuto de los Centros Superiores con rango universitario, ya que hoy por hoy se da la peregrina situación de que, aunque esta escuela puede otorgar licenciaturas, es tratada administrativamente como un centro de enseñanza media.

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El Ministerio de Educación y Cultura se ha comprometido a que en el plazo de un mes sea publicada la orden ministerial por la que se desarrolla el real decreto que resuelve el asunto de las titulaciones de los afectados en las oposiciones. Asimismo, se impulsará la tramitación, con carácter de urgencia, del real decreto de especialidades del profesorado de música y artes escénicas. El motivo: un profesor de iluminación, por ejemplo, debe actualmente examinarse de dirección porque su especialidad no está regulada. Una situación que afecta de igual manera a los estudios de danza.

La escuela de Madrid no gana para sustos desde 1991, aunque no hay que olvidar que, anteriormente, su existencia y la de otros estudios y centros relacionados con las enseñanzas artísticas también estuvieron marcadas por los sobresaltos. Hace ocho años, sus ocupantes fueron desalojados de su sede en la madrileña plaza de Ópera porque esas dependencias iban a ser absorbidas por lo que hoy es el Teatro Real. Les dijeron que no tenían dónde realojarles, pero una huelga consiguió que en tres días tuvieran no sólo un edificio donde seguir la actividad académica, sino un solar y un flamante proyecto para construir la actual escuela, considerada como una de las más completas de Europa en enseñanzas escénicas.

Poco después, cuando aún no se habían repuesto del susto, aterrizó la LOGSE tratando de regular la caótica normativa en la que estaban sumidas las enseñanzas artísticas. Es una situación que se arrastra desde la época de Pericles, época en la que las enseñanzas artísticas salieron de lo que entonces se entendía por estudios oficiales. Hoy en día, aún no han regresado a esa situación. Responsables del ministerio contestan que es difícil resolver de un plumazo algo que no se ha arreglado desde hace siglos.

Con la llegada de la ley de 1990, se han resuelto algunos problemas: se ha conseguido que los profesionales intervengan en la elaboración de los temarios y se ha establecido, aunque sólo sobre el papel, que los graduados de promociones posteriores a 1996 obtengan un título equivalente al de licenciados. En la práctica, no ocurre realmente así, porque la ley no se ha llegado a desarrollar y no se ha aprobado el decreto de especialidades.

El conflicto saltó la semana pasada porque se da la situación, calificada por el profesor y escritor Luis Landero de "propia del teatro del absurdo y del mundo de la realidad virtual", en la que el ministerio convoca oposiciones a profesores titulares de Arte Dramático, cuando aún no ha resuelto la situación de aquellos profesores interinos cuya titulación es anterior a la LOGSE. Puede optar a estos puestos cualquier licenciado de cualquier carrera, pero no ellos. En la escuela superior de Madrid hay 14 perjudicados que ejercen su oficio hace años en esta escuela (entre ellos, el dramaturgo Ernesto Caballero, o los actores y directores Charo Amador, Juan Pastor o Vicente Cuesta), pero se considera que la situación afecta a unos 200 profesionales en toda España. Desde la Subdirección General de Enseñanzas Artísticas del ministerio se asume que se debía haber invertido el orden, pero alegan que el dinero para esas oposiciones lo daban ahora y era desaprovechar la oportunidad.

El ministerio insiste una y otra vez en que el título que obtiene ahora un alumno en la escuela de Madrid es idéntico al de cualquier licenciado. Pero, en la práctica, tampoco esto es así, ya que estos licenciados no pueden presentarse a ciertas oposiciones a las que otros licenciados sí acceden, no pueden realizar el doctorado en la escuela, ni pueden pasar a ejercer la enseñanza, ya que no se les deja hacer el Curso de Adaptación Pedagógica (CAP).

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