Las bienales periféricas ganan terreno
En los últimos años han proliferado bienales de arte en países o ciudades hasta hace poco ajenos al circuito de grandes muestras internacionales. De Corea a Suráfrica, de Rotterdam a Santa Fe, de El Cairo a Berlín. "Todo aquello que no es esperado o conocido vamos a buscarlo a estas otras bienales en donde realmente puedes abrir fronteras, encontrar información y ver obra interesante con un espíritu muy diferentes del que vemos en la Documenta o en Venecia", afirma María Corral, crítica y responsable de la colección de arte de la Fundación La Caixa.
La española con más experiencia en este tipo de eventos es Rosa Martínez, quien, tras dirigir la Bienal de Barcelona a principios de los noventa, fue la directora artística en 1997 de la 5ª Bienal de Estambul, comisaria de la Manifiesta I de Rotterdam, y ahora es la nueva directora de la 3ª Bienal de Santa Fe, en Nuevo México, que acaba de presentarse en Arco y que se inaugurará en julio de 1999. En Santa Fe, Martínez afirma que quiere explorar las relaciones entre arte y ciencia a partir del hecho de que cerca del lugar se encuentra el laboratorio de Los Álamos, en donde se fabricó la bomba atómica. La relación con la historia y el paisaje del lugar y el hecho de que sea una ciudad en la que habitan distintas comunidades que se ignoran entre sí son otros elementos que quiere incorporar al evento.
En la lista de artistas que ha seleccionado hasta la fecha figuran, por ejemplo, la portuguesa helena Almeida, la egipcia Ghada Amer, la iraní Shirin Neshat, el mexicano Gabriel Orozco, la suiza Pipilotti Rist, el español Francisco Ruiz de Infante, la china Sarah Sze y la asociación internacional Greenpeace.
Diálogo y confrontación
"La característica principal de estas bienales es que surgen en lugares periféricos y hay una voluntad de diálogo y confrontación con la corrientes dominante del arte", afirma Rosa Martínez. "La etiqueta de bienal funciona porque es prestigiosa y permite poner a la ciudad en el mapa. Pero, además, estas bienales están modificando la visión del arte en un momento de globalización planetaria. Han creado otras líneas de discursos que empiezan a tener tanta importancia como la vanguardia establecida americana. Reflejan además los dos polos de la cultura contemporánea porque por una parte conllevan una homogeneización del arte y a la vez defienden una identidad propia".
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