Alemania es favorable a que EE UU intervenga
Alemania considera "imprescindible" que EEUU participe "de forma sustancial mediante tropas de tierra" en la misión de paz para lograr una estabilización duradera en Kosovo, si las negociaciones que comenzaron ayer en Rambouillet acaban con éxito. Así lo manifestó el ministro de Exteriores de Alemania, Joschka Fischer, en la 35ª Conferencia sobre Política de Seguridad, que comenzó ayer en Múnich y que aborda una amplia gama de temas, desde la defensa europea hasta la estrategia futura de la OTAN. En lo que a Kosovo se refiere, los diversos representantes occidentales estuvieron básicamente de acuerdo en la necesidad de apoyar sobre el terreno el acuerdo en Rambouillet. Otra cosa es exactamente cómo y con qué competencias. Los representantes alemanes insistían en que era necesaria la presencia estadounidense si la OTAN envía fuerzas a Kosovo. Más nebuloso parece el caso en el que tal acuerdo no sea posible, ya que -tal como dieron a entender varios participantes, incluido el secretario de Defensa, William Cohen- la posibilidad de obligar a mantener la paz por la fuerza a los contendientes de Kosovo encuentra pocos entusiastas en la comunidad internacional. "No hay muchos países en nuestro entorno dispuestos a enviar fuerzas a un medio hostil", señaló Cohen. "El acuerdo tiene que ser complementado con desplazamientos de fuerzas sobre el terreno", dijo Solana, según el cual, las negociaciones de Rambouillet "tienen" que ser un éxito. Según Fischer, la crisis de Kosovo ha mostrado que los mejores resultados vienen del engranaje de instituciones multilaterales, del Grupo de Contacto, de la OTAN, de la UE y de la ONU. El ministro defendió celebrar una conferencia de paz para el sur de los Balcanes.
El canciller Gerhard Schröder, que ayer pidió "una nueva Europa para una nueva OTAN" y "una nueva OTAN para una nueva Europa", se las arregló para mantener la ambigüedad formal sobre las situaciones de excepción en las que Alemania está dispuesta a dar el visto bueno a operaciones de la OTAN sin mandato de la ONU. Y aunque Fischer insistió en potenciar el papel de las Naciones Unidas, se refirió a Kosovo como un ejemplo de "situación de excepción" en la que, como "última ratio", "resulta inevitable" un ataque militar para evitar una catástrofe humanitaria inminente.
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