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Ardanza afirma que la amistad de Herrero de Miñón con los nacionalistas demuestra que no están solos

Naiara Galarraga Gortázar

"El poder considerar que seguimos teniendo amigos, amigos de verdad y que además vienen desde Madrid, no desde Gernika, Vitoria, Bilbao o San Sebastián, es para mí una gran satisfacción". El exlehendakari José Antonio Ardanza elogió ayer a la fundación Sabino Arana, auspiciada por el PNV, por dar el premio Amigo de los Vascos al ponente de la Constitución Miguel Herrero de Miñón. Ardanza, galardonado con un premio especial, aseguró ayer que este hecho demuestra que "no es verdad" que los nacionalistas vascos estén solos en este momento, plagado de "críticas y acusaciones".

Ardanza compareció, como uno más, en el teatro Arriaga de Bilbao en la conferencia de prensa que ofrecieron los ocho galardonados antes de la entrega de los premios que desde hace diez años otorga la fundación Sabino Arana. El anterior inquilino de Ajuria Enea rememoró la "enorme satisfacción" que supuso para él saber que Herrero de Miñón iba a recibir un premio por su amistad hacia Euskadi. El ex lehendakari sostuvo que esta decisión demuestra que la fundación tiene "una visión plural, amplia, universal" y que las acusaciones que hacen parecer "que sólo nos miramos el ombligo" no son ciertas. Además del constitucionalista madrileño, dos premiados más son foráneos. La Comisión de la Verdad y Reconciliación en Suráfrica, autora de un extenso informe sobre las violaciones de derechos humanos bajo el régimen del apartheid, fue premiada en el apartado Espejo del mundo; y la historiadora británica Selma Huxley, quien durante 25 años ha indagado sobre la presencia de marinos vascos en Terranova (Canadá), en el de Cultura. El galardón en Deportes fue para tres históricos porteros: José Ángel Iribar, Luis Arkonada y Andoni Zubizarreta. Y el de Sociedad, para el archivo de compositores vascos, Eresbil. Herrero de Miñón, quien puntualizó que es "supranacionalista español" y no nacionalista español como le presentaron los organizadores, afirmó que la negociación política entre el nacionalismo democrático y el Estado "llegará,más tarde o más temprano, y cuanto más temprano mejor". Reiteró también que la profundización en los derechos históricos "es la única vía para obtener la consolidación de la paz, la reconciliación de la sociedad vasca y la sublimación de su dolor para convertir un pasado tormentoso y dividido en un futuro lleno de esperanza común". "Comprendo que es un empeño muy difícil", admitió de todos modos. El director de la comisión suráfricana, Dumisa B. Ntsebeza, dijo que España y el País Vasco pueden aprender mucho del trabajo de la comisión, cuyo propósito es ayudar al país africano "a enfrentarse con su horrible pasado, ayudar a las víctimas y dar la oportunidad de reconocer sus acciones a quienes cometieron violaciones de derechos humanos". Ardanza agradeció el premio sin negar que personalmente, "como vasco y como nacionalista", ser lehendakari es y será toda su vida su "mayor honor y mayor premio". Al recibir el galardón, el predecesor de Juan José Ibarretxe recordó que en el fondo lo comparte con su familia y todos los que trabajaron con él, incluidas las muchas personas que estuvieron durante 14 años a su lado en la sombra. El director del archivo de compositores, José Luis Ansorena, aprovechó para pedir a las Diputaciones de Vizcaya y Álava que ayuden económicamente a Eresbil como hace la guipuzcoana.

Tres minutos tras 14 años de presidencia

Tras 14 años al frente del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza no oculta que le cuesta adaptarse a tener un tiempo limitado para intervenir. Ayer, eran tres minutos por cabeza. "No hay derecho que ha un expolítico le den sólo tres minutos", le espetó en tono de broma el anterior lehendakari al presidente de la fundación cuando le llegó el turno de intervenir en la comparecencia ante los medios. Ardanza repitió su protesta en la ceremonia y con la excusa de que quería hablar en euskera y castellano superó su tiempo. Otro de los premiados, Miguel Herrero de Miñón, advirtió que llevaba chuleta porque sino no hay manera de limitarse a los tres minutos escasos. Junto al lacónico Iribar, que ejerció de portavoz de los guardametas premiados, fueron los únicos que se atuvieron estrictamente al tiempo establecido. De todos modos, la ceremonia tuvo un ritmo muy ágil. Duró algo menos de hora y media pese a incluir una mini actuación del grupo musical Alboka entre cada una de las intervenciones. La peculiar adaptación que los instrumentalistas de este grupo hacen de canciones tradicionales vascas encantó a la historiadora Selma Huxley. Tras alabar la música, esta espontánea británica mostró al público que llenó el Arriaga un trozo de teja hallado en Terranova en un asentamiento de vascos. El suráfricano Ntsebeza declaró su sorpresa por la facilidad con la que en Euskadi se conocen presidentes. En 24 horas de estancia, explicó, ha podido estar con el de la fundación, el actual lehendakari y el anterior.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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