La drogadicción causa malformaciones fetales
El consumo de drogas durante el embarazo y posiblemente durante el periodo preconcepcional aumenta el riesgo de determinadas malformaciones en el feto, entre ellas, defectos del tubo neural, atresia de las coanas nasales, estrechamiento del esófago o del ano y aumento del número de dedos, entre otras. Así lo ha demostrado un estudio dirigido por la doctora María Luisa Martínez-Frías.El trabajo, publicado en la revista Medicina Clínica, se realizó a partir de datos del Estudio Colaborativo Español de Malformaciones Congénitas (ECEMC), basado en un programa de investigación clinico-epidemiológica de los niños que nacen con defectos congénitos. Por cada niño que nació con malformaciones en uno de los hospitales colaboradores se seleccionó un control que fue el siguiente nacimiento del mismo sexo, producido en el mismo hospital y que no presentara defectos congénitos. Desde abril de 1976 hasta junio de 1996, pediatras expertos evaluaron más de 300 características de los niños nacidos en 75 hospitales distribuidos por todas las comunidades autónomas.
De 1.333.879 niños nacidos en este periodo, 24.696 presentaron defectos congénitos. De ellos se seleccionaron los niños con defectos más frecuentes o los que se sospechaba que podrían estar relacionados con el consumo materno de drogas. Un total de 54 madres del grupo de niños malformados reconocieron haber consumido drogas durante el embarazo y durante el periodo preconcepcional, frente a 29 mujeres que habían consumido drogas en el mismo periodo y habían tenido niños sanos. De ello se deduce que las mujeres drogadictas tienen una probabilidad 1,84 veces mayor de tener hijos con defectos congénitos que las madres no toxicómanas.
La autora del estudio, el más amplio realizado en España sobre el tema, señala que aumenta el número de madres consumidoras de drogas, bien porque aumenta la drogadicción en general o por el aumento del número de embarazos entre las mujeres drogadictas. El trabajo llama la atención sobre este problema y aconseja tener presente que el tratamiento farmacológico de deshabituación durante el embarazo supone menos riesgo para el feto que mantener la drogadicción.
Los problemas congénitos en el feto de madres drogadictas suelen aparecer en etapas muy tempranas del desarrollo, cuando la mujer no sabe aún que está embarazada. De ahí la importancia de las medidas preventivas antes del embarazo. Es necesaria una campaña de información a mujeres jóvenes sobre el riesgo que supone para el futuro hijo la ingesta de drogas durante el embarazo o los periodos inmediatamente anteriores y un buen control médico de las condiciones sanitarias y nutricionales durante la gestación.
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