Irak renuncia a comprar alimentos infantiles autorizados por la ONU
El Gobierno de Sadam Husein ha olvidado comprar galletas proteínicas y leche terapéutica para las que ya tenía asignados fondos del programa Petróleo por Alimentos, según datos facilitados por la ONU. Ambos productos resultan esenciales para evitar la malnutrición infantil, que constituye uno de los principales argumentos de Bagdad contra el embargo. No es la primera vez que ocurre, pero este caso ha alarmado a los responsables del programa humanitario.
A un grupo de médicos y enfermeras españoles que el pasado otoño visitaron Bagdad, les sorprendió que el director de un hospital desaprovechara la oportunidad de presentarles una lista de instrumental y fármacos cuando le preguntaron qué necesitaba. Acababan de visitar la maternidad donde las cortinas, cortadas a tiras, hacían las veces de gasas. La negativa a pedirles ayuda les dejó perplejos, pero la atribuyeron al pundonor.Sin embargo, el régimen iraquí ya había dejado claro para entonces que no deseaba más caridad. "Irak no necesita dinero, y su pueblo no es un holgazán que pide ayuda", aseguró un comunicado del Consejo de Ministros a principios de junio. El Gobierno de Bagdad, temeroso de que el programa Petróleo por Alimentos se convirtiera en "una situación permanente", pedía a los países amigos que trabajaran por el levantamiento de las sanciones internacionales. Desde entonces, Irak ha devuelto varios envíos. El último, el pasado diciembre, un barco con ayuda humanitaria fletado por una sociedad benéfica de los Emiratos Árabes Unidos.
El Gobierno de Sadam Husein ha vuelto a rechazar estos días varias propuestas barajadas en el Consejo de Seguridad de la ONU para aliviar el embargo que ahoga a su población. Sin embargo, según las autoridades iraquíes, los productos de primera necesidad que el país recibe gracias al programa humanitario apenas cubren un 62% de las necesidades de sus 22 millones de habitantes.
Una información publicada la semana pasada por el diario estadounidense The New York Times ha terminado de abrir la caja de Pandora. La noticia, que sólo citaba a fuentes anónimas, acusaba a Irak de "rehusar alimentos y medicinas vitales que podría importar bajo las sanciones de la ONU".
"Todo lo que puedo decir es que no se ha llevado a cabo ningún contrato de galletas proteínicas y leche terapéutica para los que se habían asignado fondos en la fase IV", declaró a EL PAÍS Georges Summerville, portavoz de la Oficina del Coordinador Humanitario de Naciones Unidas en Bagdad.
Las citadas galletas se destinan a la alimentación de mujeres embarazadas y madres lactantes. En tanto que la leche terapéutica se proporciona a los niños con severa malnutrición. Ambos productos se encontraban en el Plan de Distribución presentado por Bagdad y que el secretario general de la ONU aprobó en mayo de 1998. Dicho plan asignaba ocho millones de dólares (1.200 millones de pesetas) para la compra de galletas proteínicas y 10,2 millones de dólares para adquirir 1.500 toneladas de leche terapéutica. La Oficina del Programa para Irak (OIP) sólo ha recibido en estos ocho meses un contrato para 259,35 toneladas de leche por 1,5 millones de dólares.
Situación preocupante
El asunto resulta especialmente significativo cuando el propio Kofi Annan subrayó en su informe al Consejo de Seguridad del pasado noviembre que "la malnutrición infantil [en Irak] continúa siendo una preocupación grave". Según estadísticas conjuntas de Unicef y el Gobierno de Bagdad, un 25% de los niños de menos de cinco años sufre algún grado de malnutrición. Annan también utilizó este argumento cuando el pasado febrero pidió que se ampliara el techo de las exportaciones semestrales de petróleo de 2.000 a 5.250 millones de dólares."Si recibimos esos contratos, vamos a procesarlos con gran rapidez", aseguró a este diario John Mills, portavoz de la OIP en Nueva York. Mills insistió en que más del 99% de los contratos de alimentos son aprobados. " Nosotros no interpretamos, sólo facilitamos datos", contestó al ser preguntado por las causas del olvido iraquí. Mills admitió, sin embargo, que existe "preocupación" por los retrasos en la distribución de medicinas que se hallan inmovilizadas en almacenes. Los responsables iraquíes arguyen que tienen que pasar el pertinente control de calidad y de que carecen de los equipos suficientes para ello. "La Organización Mundial de la Salud está en ello", añade Mills.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Acogida niños
- Contactos oficiales
- Centros menores
- Niños
- Lácteos
- Suministro petroleo
- Servicios sociales
- Irak
- Comercio internacional
- Programas ONU
- Menores
- Sector Lácteo
- Ayudas públicas
- Familia
- Política económica
- Centros penitenciarios
- Política exterior
- Oriente próximo
- Infancia
- Sentencias
- Productos ganaderos
- Suministro energía
- ONU
- Grupos sociales
- Sanciones