Los precios cierran 1998 con un mínimo histórico del 1,4%, pese al alza en los servicios
El año 1998 ha terminado con una inflación del 1,4% el nivel más bajo al menos desde 1962, cuando se inició la elaboración del actual IPC. Por primera vez, la economía española logra una baja inflación, un alto crecimiento económico y unos salarios ajustados. El descenso en los precios de los productos energéticos (8%) y la pequeña subida en los alimentos (0,6%) explican el buen resultado de la inflación. Por el contrario, la subida del 3,7% en el sector servicios impide acercar la inflación española a la de la UE. El IPC general es siete décimas inferior a las previsiones y sitúa el punto de partida para 1999 en un nivel que desde el Ministerio de Economía se aprovecha para recomendar que los salarios se negocien en el 1,5%.
Según publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE), los precios subieron tres décimas en diciembre pasado respecto de noviembre, igual que en los tres años anteriores. Con ello, la variación de los últimos doce meses se ha mantenido en el 1,4%, la misma tasa que se alcanzó en noviembre.Se trata de la inflación más baja conseguida por la economía española desde el año 1962, cuando se empezó a elaborar el actual Índice de Precios al Consumo (IPC). Es también el punto más bajo en la trayectoria descendente iniciada hace nueve años. Desde 1989, la inflación se ha reducido 5,5 puntos porcentuales. En esta última etapa se ha dado la vuelta a uno de los grandes males de fondo de la economía. La inflación se mantenía alta aún en etapas de crisis económicas. En 1997 y 1998 se hace por primera vez compatible un alto crecimiento económico, cercano al 4%, con precios por debajo del 2%.
El 1,4% de 1998 coincidirá con una previsión de crecimiento económico del 3,8% en términos reales, un aumento del empleo del 3,2% y unos incrementos salariales pactados en convenio del 2,6%. Estos dos últimos factores han mantenido fuerte el consumo privado pese a lo cual no se han inflado los precios.
Por debajo de la previsión
El buen dato de inflación es, además, bastante inferior a las previsiones oficiales. En principio se fijó el 2,1% y, recientemente, se revisó a la baja, hasta el 1,9%. El 1,4% finalmente conseguido tiene la virtud de que sitúa el punto de partida para 1999 por debajo del 1,8% fijado como meta para diciembre.El Ministerio de Economía quiere que esto surta efectos en la negociación colectiva de 1999. El secretario de Estado de Economía, Cristóbal Montoro, indicó ayer que los salarios han de tomar como referencia el 1,5%, es decir, tres décimas por debajo de la inflación prevista.
Otra cuestión es si las expectativas de inflación son realmente a la baja. El resultado obtenido en 1998 indica que los logros en la lucha contra la inflación obedecen a factores tradicionalmente bastante inestables. En concreto, los precios de los productos energéticos y de los alimentos.
Los primeros han descendido un 8% al cierre del año gracias a que los precios del petróleo se encuentran en niveles históricamente bajos, en torno a los 11 dólares por barril. Hay dudas sobre si puede haber un rebote de estos precios, pero no parece probable que sigan a la baja. Si se mantienen así, la estadística ya no reflejará nuevos descensos.
En los alimentos la subida ha sido del 0,6% en 1998, menos de la mitad que el índice general, moderación que responde sobre todo a los elaborados (0,4%) pero también a los no elaborados (0,9%). Estos últimos se han beneficiado de las excelentes cosechas de los últimos años que han transcurrido sin la demoledora sequía. Ya en enero de este año habrá seguramente un rebote de los precios de los alimentos, cuyo peso en el IPC es de un 30%. Se recogerán, como ocurre siempre, las subidas correspondientes a la navidad y, en especial, el aumento en el precio del tabaco decidido a finales de diciembre pasado. Todo esto queda para enero, ya que Estadística sólo recoge los datos hasta el día 20 o 21 de cada mes.
Como ocurre prácticamente desde el año 1996, la inflación en el sector servicios se encuentra cercana al 4% y éste es el principal escollo para que la inflación española se acerque a la media de la UE. En noviembre pasado, últimos datos armonizados disponibles, la inflación española fue cinco décimas superior a la media de los países del euro y cuatro más que la del conjunto de la UE.
Al cierre de 1998, el sector terciario de la economía aumentó sus precios un 3,7% respecto de 1997 y se elevó dos décimas en relación a noviembre. En especial, ha subido el capítulo de correos y comunicaciones (6%) que incluye sobre todo el teléfono. Esto a pesar de la liberalización del sector y de que el aumento de tarifas autorizado por el Gobierno a mediados del pasado año no fue totalmente recogido por el IPC.
Consumo al alza
Han subido también de manera significativa la vivienda en alquiler (4%), los gastos asociados a la vivienda en propiedad (2,7%), los servicios médicos (3,9%), los medicamentos (3,4%), los servicios para el hogar (5,3%), la educación infantil y básica obligatoria (3,7%), el transporte público urbano (3,5%) y el turismo y la hostelería (4%).En todos estos sectores, por lo general resguardados de la competencia exterior, el peso de los precios autorizados es clave. También lo es la ausencia de medidas liberalizadoras eficaces y la presión del consumo privado.
Al respecto, la rebaja de las retenciones sobre los salarios decidida por el Gobierno desde enero -una media de 6.000 pesetas al mes-, la creación de empleo, los bajos tipos de interés y las ganancias de poder adquisitivo en las pensiones y los sueldos de los funcionarios al resultar la inflación más baja de lo previsto, hacen prever una mayor pujanza del consumo.
Por todo esto, el resultado global de la inflación en 1998 es calificado por algunos expertos de "espejismo". Los precios se han reducido gracias a los componentes más inestables -energía y alimentos- pero el núcleo duro de los servicios sigue enquistado. Así lo refleja la denominada inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y de los alimentos frescos, y que cerró en 1998 con una subida del 2,2%. Es decir, con un diferencial de ocho décimas con respecto al índice general, una brecha que a finales de 1997 no existía.
De forma más coyuntural, en la subida de tres décimas de la inflación en diciembre respecto de noviembre ha influido la patata (19%), el pescado (4,4%) la carne de ave (2,1%) y el turismo y la hostelería (0,7%).
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