Política educativa

El Gobierno de Navarra cree que el atentado sufrido por el director general de Educación, Santiago Arellano, es una respuesta a la política educativa en materia de euskera que está llevando adelante y que está siendo criticada desde los sectores nacionalistas de la comunidad foral. Arellano fue víctima de otro ataque por parte de un grupo de violentos hace unos meses. El portavoz del Gobierno autonómico, Santiago Cervera, ve cierta relación entre el sabotaje sufrido ayer y las quejas de algunos sectores nacionalistas con el tema del euskera. "Hay concordancia entre las reiteradas campañas de victimización educativa que están protagonizando determinados colectivos a propósito del modelo D -enseñanza íntegramente en euskera- en las escuelas y otras decisiones del Departamento de Educación", indicó con contundencia ese portavoz. Y añadió que "mientras unos representan el papel de víctimas educativas, otros atacan a quienes legítima y adecuadamente deben tomar las decisiones en interés para todos".

Cervera está convencido de que en el mundo de la violencia "primero se necesita una víctima para luego justificar actos como la quema del coche de Santiago Arellano". Este tipo de acciones, según Cervera, forman parte de "la estrategia de la kale borroka (lucha callejera) que el nacionalismo radical mantiene para seguir en una posición de fuerza ante el conjunto de la sociedad".

El departamento de Educación del Gobierno foral, formado por Unión del Pueblo Navarro (UPN-PP), mantiene desde hace meses varias polémicas relacionadas con la educación en lengua vasca.

Políticos y enseñantes nacionalistas reclaman con más frecuencia mayor atención a la enseñanza del euskera en todos los niveles educativos. Desde esos sectores se acusa a Javier Marcotegui, consejero responsable del departamento de Educación, de osbtaculizar a menudo la creciente demanda que existe en la Comunidad Foral para normalizar la enseñanza en euskera, quejas que son rechazadas por el Gobierno que preside Miguel Sanz.