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EL PROCESO DE PAZ

Tres nuevos ataques en el País Vasco y Navarra elevan la escalada de violencia de los etarras

Artefacto contra un edil socialista e incendio del coche de un cargo del Gobierno navarro

Aurora Intxausti

Una bomba contra el despacho de un concejal socialista y el lanzamiento de cócteles mólotov contra un concesionario de Peugeot en los municipios guipuzcoanos de Ordizia y Hernani, respectivamente, así como el incendio del vehículo de un alto cargo del Gobierno navarro en Zizur Mayor, cerca de Pamplona, acrecentaron ayer la escalada de violencia. El tipo de atentados coinciden con los que ETA ha encargado a Jarrai. El ex presidente del Gobierno socialista Felipe González no dudó en interpretar que esa modalidad de atentados constituyen la parte "no escrita" del Acuerdo de Lizarra.

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Los atentados no se están produciendo de forma casual, según González, sino que forman parte de "la presión típica de un nacionalismo radical, irredento, que está mirando a Navarra, a las elecciones que habrá allí el próximo mes de junio". El ex presidente añadió que la campaña de violencia callejera está ahí desde antes de los comicios autonómicos del País Vasco, el pasado octubre, y en concreto "desde el acuerdo de mantener la presión violenta. Digamos, la parte no escrita de eso que conocemos como el Acuerdo de Lizarra". Una opinión que no sólo no es compartida por el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, sino que dista bastante de lo que éste piensa sobre la violencia callejera. "Aquí de lo que se trataba es de que hubiera muertos y llevamos siete meses sin ningún funeral, y eso es algo", indicó ayer el dirigente nacionalista, quien añadió que es "deplorable lo que hacen los de Jarrai, que es molestar al ciudadano y dar armas a Mayor Oreja. Entre niños anda el juego", sentenció.

A la puerta del despacho

El tercer teniente de alcalde de Ordizia, el socialista José Manuel Ros, no podía dar crédito a lo que acababa de escuchar a las 10.25: la deflagración de una bomba de fabricación casera en la puerta de su despacho de abogado. El artefacto, compuesto por dos bombonas de gas, líquido inflamable y un petardo, provocó escasos daños materiales en la puerta de la oficina, que se encuentra en la parte inferior del domicilio familiar. "Nunca había recibido amenazas ni nada similar. Los autores de este atentado son unos salvajes y no hay que buscar ninguna racionalidad a lo que es irracional", declaró el concejal con evidente disgusto. Pese al sabotaje y a la amenaza que entraña, el edil no está dispuesto a abandonar el municipio ni su cargo en el Ayuntamiento.

Horas antes, un grupo de encapuchados arrojó varios cócteles mólotov al interior de un concesionario de Hernani. El fuego destruyó cuatro automóviles del local y los vecinos del inmueble fueron desalojados mientras los bomberos sofocaban el incendio. Es el tercer atentado que sufre el negocio regentado por Maite Labaka -el anterior ataque violento se produjo en 1996 y sus autores causaron pérdidas superiores a los 20 millones de pesetas-.

El alcalde de Hernani, José Antonio Rekondo (EA), cree que con este nuevo sabotaje los violentos "buscan transmitir el chantaje de que sólo será viable la paz si se paga el peaje que satisfaga las exigencias de quienes aún no renuncian a emplear la violencia como instrumento político".

En Zizur Mayor (Navarra), varios desconocidos incendiaron el vehículo particular del director general de Educación de la Comunidad Foral, Santiago Arellano. Los atacantes, informa Mikel Muez, rompieron una de las ventanillas del coche sobre la 1.30 horas y arrojaron a su interior líquido inflamable. Las llamas calcinaron el vehículo. La Guardia Civil localizó en el lugar una garrafa con restos de gasolina. Su domicilio fue atacado el pasado verano con cócteles mólotov. El aumento de ataques dirigidos a cargos públicos e inmuebles por parte de encapuchados demuestra que no se está viviendo "un verdadero proceso de pacificación", según declaró el portavoz del Gobierno de Navarra, Santiago Cervera.

Por su parte, un comunicante anónimo se responsabilizó, en llamada al diario Euskadi Información, del incendio de la cafetería de Modesto Fernández Doval, militante bilbaíno del PP, y amenazó con repetir los ataques contra cargos populares. La persona que asumió la autoría del incendio dijo que ese tipo de acciones "se seguirán dando, ya que no habrá paz para los cargos del PP mientras los presos no vuelvan a Euskal Herria". El responsable del sabotaje acusó al propietario del local y a los cargos del PP de ser "el verdugo de la actual situación penitenciaria que sufren nuestras presas y nuestros presos políticos".

Aumento de ataques

Este recrudecimiento de la violencia callejera no ha sido cuestionado por HB, ya que según su portavoz, Arnaldo Otegi, estas acciones están provocadas por la existencia de "problemas como el de los presos". La única voz discrepante en HB, como suele ser habitual desde hace años, fue la del parlamentario foral Patxi Zabaleta, quien expresó su "completo desacuerdo" con la quema del coche de Santiago Arellano.

Desde hace meses se han incrementado en el País Vasco las campañas desde diversos sectores de la sociedad para pedir el acercamiento de los presos de ETA a las cárceles más próximas a sus lugares de origen. En paralelo, ha aumentado el hostigamiento a concejales y parlamentarios del PP. Los instigadores lo justifican con la negativa del Gobierno de la nación a modificar la política penitenciaria.

En dos documentos distribuidos entre jóvenes simpatizantes de ETA, interceptados por la policía, se alude a la existencia de un plan de acoso a los militantes del PP y de atentados callejeros contra militares, policías e intereses económicos españoles y franceses en Euskadi. El plan se puso en marcha una vez finalizaron las elecciones autonómicas vascas y pretende prolongarse durante siete meses, hasta las elecciones municipales. Desde primeros de año, los grupos violentos han protagonizado 15 acciones de violencia callejera en el País Vasco y Navarra.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Periodista. Trabajó en EL PAÍS entre 1985 y 2021, tanto en la redacción de el País Vasco como en Madrid. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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