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El cubismo a flor de piel

El Metropolitan Museum de Nueva York expone una muestra sobre cómo el arte cubista ha influido en la moda

Un año después de la muy celebrada exposición sobre Gianni Versace en el Metropolitan Museum de Nueva York, el Instituto de la Moda regresa a ese escenario con una muestra sobre cómo las formas del cubismo se impregnaron en la moda a partir de principios de siglo. Los cuarenta vestidos que se han recopilado cubren desde el año 1908 hasta la actualidad, y con ellos se trata de demostrar que el cubismo sigue siendo una influencia primordial en las formas de la ropa de hoy día. "No se puede discutir que el cubismo es una forma abierta", ha dicho el comisario de la muestra, Richard Martin, "y que los cambios que introdujo fueron en gran parte una forma de disminuir los privilegios de la pintura y la escultura y honrar los valores de lo ordinario". Cubismo y moda podrá verse hasta el 21 de marzo del próximo añoDe esta manera, el Metropolitan Museum quiere elevar al cubismo de la categoría de metáfora de la realidad a la de impulsor o moldeador de otros fenómenos contemporáneos o posteriores, al igual que el surrealismo. Pero lo hace a través de una muestra con algunas limitaciones de alcance y de espacio, y además con el mencionado precedente, difícil de superar en cuanto a repercusión, de la exposición de Versace de 1997.

El año pasado además se contaba con la publicidad añadida de la muerte del diseñador italiano en Miami, que convocó al Metropolitan a figuras como Elton John, Sting y Elizabeth Hurley. En esta ocasión, la gala del Instituto de la Moda, que es el acontecimiento social y cultural del año en Nueva York -con mucha más repercusión en el mundo de los debutantes que sus exposiciones en el mundo del arte- ha celebrado su 50 aniversario.

Aún así, es ésta una de las exposiciones más visibles de la temporada, gracias en parte a lo comercial de su enunciado. El Metropolitan Museum defiende que el arte que desarrollaron e universalizaron Pablo Picasso y Georges Braque abrió las puertas a un nuevo modo de ver que tuvo su impacto en el acto cotidiano de vestirse. Cómo no iba a tenerlo a ese nivel, argumentan los organizadores, si el cubismo también se ha relacionado culturalmente, según los historiadores de arte, con el desarrollo de la teoría de la relatividad y del transporte aéreo. Era todo ello parte de un movimiento finisecular que ponía en cuestión conceptos heredados del Renacimiento sobre estabilidad y tridimensionalidad.

La propuesta del Instituto de la Moda del Metropolitan Museum, aunque parece estar un poco llevada al límite, se queda muy cerca de demostrar cómo el collage, las formas y colores de Matisse y la transgresión de los planos y de las estructuras geométricas de otros cubistas empezaron a hilvanarse en las texturas de los diseñadores de comienzos de siglo como Madeleine Vionnet, Callot Soeurs, Paul Poiret, Jacques Doucey y Gabrielle Chanel.

En la parte más moderna del recorrido se puede ver también un resplandeciente collage de cuerpo entero obra de Gianni Versace y dos vestidos de noche de Yves Saint Laurent, así como un jersey de Perry Ellis inspirado en Sonia Delaunay. "El cubismo sigue siendo la clave para entender la moda del siglo XX", se asegura en uno de los textos de la galería.

A partir de 1908, la moda renunció al volumen y fue a buscar el plano, las transparencias y la superposición de capas. Es lo que aquí se llama el "desinflamiento" del vestido, la transformación de las mujeres Walkiria de la Belle Epoque en sofisticadas Dalilas. Hasta ese momento los diseñadores de moda habían intentado resaltar un "exoesqueleto volumétrico" de la forma humana, pero desde entonces las referencias pasan a ser el cilindro y el plano.

Es seguramente lo que hoy día ha culminado el esquematismo formal de Prada, que es el principal patrocinador de esta muestra.

La muestra se presenta como un reto para su organizador, Richard Martin, que en 1987 había montado otra parecida titulada Surrealismo y moda, en el Fashion Institute of Technology, también en Nueva York. Pero entonces las referencias pictóricas eran muchas más que en el caso del cubismo, y además estaban respaldadas por manifestaciones de fotografía, instalación y otras formas contemporáneas a ese otro ismo.

En la muestra actual, se ha incluido una reproducción de Las señoritas de Avignon de Pablo Picasso como referencia.

"El cubismo en la moda se regocija en la ausencia de certeza visual", afirma otro de los textos de la exposición.

El recorrido culmina con las piezas japonesas de Rei Kawabuko e Issey Miyake, y luego con ejemplos más recientes de austeridad geométrica, obra de Jo Copeland y Christian Francis Roth.

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