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La Universidad de Córdoba, pionera en mejorar el olivo por cruzamiento Agronomía investiga fórmulas que aumenten el rendimiento del árbol

El Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba ha sido el primero en iniciar la mejora del olivo por cruzamiento en España. El catedrático de Pomología, Luis Rallo, ha explicado que esta innovación que tan positivas consecuencias traerá para el campo andaluz se debe a haber logrado una reducción de 10-15 años a tres años en el periodo intergeneracional del olivo de semilla. El objetivo es lograr un árbol resistente a las enfermedades y de periodo juvenil corto cuyo fruto tenga un alto rendimiento graso, gran contenido en ácido oleico y apto para la recolección mecánica. Con este trabajo se pretenden superar las variedades actuales de olivo, algunas con siglos de antigüedad, y conseguir otras, que son cruces entre las anteriores y que conserven las mejores características de ellas. Para alcanzar este cruce es necesaria la polinización artificial de las flores para obtener semillas procedentes de la madre y el padre elegidos que, a su vez, tendrán que germinar, florecer y fructificar. Esto se conseguía al cabo de unos tres lustros. Este dilatado periodo de tiempo es el que ha hecho que, hasta ahora, los científicos desistan de buscar nuevas variedades de olivo más resistentes y productivas. Los orígenes de esta investigación datan de 1972 cuando en el Departamento de Olivicultura del actual Centro de Investigación y Formación Agraria CIFA de Córdoba primero, y desde el citado Departamento de Agronomía después, se inicia una prospección de las variedades de olivo en España. El trabajo concluye en 1986-87 con el resultado de la catalogación por el profesor Diego Barranco de 262 variedades diferentes. Luis Rallo ha indicado que las tres variedades escogidas para los cruzamientos son Arbequina, Picual y Frantoio. Una vez obtenidos los frutos se procede a su despulpado, almacenamiento en seco y extracción de las semillas correspondientes, cada una de las cuales es, potencialmente, una nueva variedad. Este proceso continúa a la décima semana con el crecimiento forzado de la plántula de semilla en invernadero hasta alcanzar una altura de entre 1,60 y dos metros. Luego se se trasplantan al campo para esperar la primera floración, que se produce a los 36 meses de la germinación. Del cruce entre las variedades se ha comprobado, según Rallo, que la planta madre transmite la precocidad de floración a sus descendientes. De los 378 árboles de la primera generación de cruzamiento se han seleccionado 17 que destacan por cumplir los objetivos de resistencia, producción y calidad. Estos olivos han sido clonados para compararlos con sus padres y ver cómo se comportan, en un periodo que durará entre cuatro y ocho años.

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