_
_
_
_
_

Expertos británicos en embriología recomiendan la clonación de tejidos con fines terapéuticos

Isabel Ferrer

La clonación de seres humanos debe prohibirse en el Reino Unido, pero no así la investigación médica que trate de copiar tejidos con fines terapéuticos. A esta conclusión han llegado los expertos británicos del Centro para la Fertilización y Embriología Humana, órgano asesor del Gobierno en la materia. Su recomendación, remitida ayer al Gabinete laborista de Tony Blair, ha sido hecha pública antes de lo previsto, dada la insistencia de las compañías de biotecnología. Aunque cualquier decisión oficial necesita el refrendo del Parlamento, se espera que las autoridades autoricen el uso de células embrionarias para trasplantes o en la lucha contra enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer. Desde que en 1997 nació la oveja Dolly, el primer mamífero clónico del mundo, engendrado a partir de la célula mamaria de otra oveja adulta, las posibilidades de estas técnicas han revolucionado al mundo científico. Los expertos británicos subrayan en su informe que clonar personas no es ético y debe evitarse. Hacer lo propio con los tejidos, sin embargo, requiere un tratamiento similar. Hay que extraer el núcleo de un óvulo humano sin fecundar, con toda la información genética, para introducir en su lugar el núcleo de una célula del adulto cuyo tejido va a ser clonado.

Descarga eléctrica

Para que el óvulo pueda dividirse, hay que convencerle primero de que ha sido fertilizado. La aplicación de una fina descarga eléctrica provocaría aquí la deseada fusión. La división celular comienza de inmediato y se crea una copia perfecta del adulto. Como el procedimiento sólo se recomienda para usos científicos, a los pocos días pueden extraerse las células en desarrollo del embrión. Mientras éste es desechado, aquéllas pasan a ser cultivadas en el laboratorio."En estos momentos no pueden generarse órganos enteros in vitro. Precisan riego sanguíneo y el embrión es destruido. Con ciertos tejidos es distinto", ha dicho Patrick Dixon, autor de obras como La revolución genética. La piel, la médula espinal o los huesos serían los principales beneficiarios de este tipo de clonación. Al ser idénticos a los del donante celular, no habría problema de rechazo en un trasplante. Esta aplicación ha llevado a los científicos británicos a apoyar las investigaciones. Para evitar el nacimiento de bebés clónicos, recomiendan deshacerse del embrión al cabo de una semana. En ese tiempo habrá producido ya suficientes células madre (que pueden producir un tejido adulto) para que crezcan, en el laboratorio, los tejidos deseados.

Presidido por John Polkinghorne, especialista en ética médica, el comité ha adelantado sus recomendaciones a la vista de la ansiedad provocada por la noción misma de la clonación. Los laboratorios de biotecnología desean conocer cuanto antes los límites del nuevo campo que abordan.

Los ciudadanos tienen más dudas. Según un sondeo de la fundación farmacéutica Wellcome, copiar tejidos o seres humanos resulta inmoral para tres cuartas partes de los encuestados. Patrick Dixon, por el contrario, ha señalado al rotativo The Times que lleva tres años recibiendo solicitudes de adultos que quieren contar cuanto antes con una copia de sí mismos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_