La paliza a un soldado eleva al máximo la tensión en las calles de Cisjordania

Manifestantes palestinos propinaron ayer una paliza a un soldado israelí, al que robaron el arma, incrementando así las habituales tensiones entre el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat. El incidente se produjo mientras los dos políticos mantienen una guerra verbal en la que se acusan mutuamente de incumplir los acuerdos de Wye Plantation y cuando solo faltan 10 días para que el presidente de EEUU, Bill Clinton, visite la región para impulsar el proceso de paz.

El militar fue apaleado ayer por la mañana, en las cercanías de la ciudad cisjordana de Ramala, donde tres centenares de estudiantes universitarios palestinos se manifestaban, reclamando la liberación de los presos políticos pactada en los acuerdos de Wye Plantation. El coche del soldado, que quedó bloqueado en medio de la manifestación, fue apedreado y su conductor desalojado a golpes, al tiempo que uno de los jóvenes manifestantes le robaba el fusil de reglamento.El militar, que pudo iniciar la huida por su propio pie, fue rescatado finalmente del lugar por un convoy del Ejército israelí, que salvó asimismo a un colono cuando estaba a punto de ser linchado. El incidente provocó de inmediato una nota de protesta del Ejército israelí que ha reclamado enérgicamente a la Autoridad Nacional Palestina la devolución del arma y la apertura de una investigación, que permita establecer exactamente lo sucedido.

Este episodio, en una carretera controlada por el Ejército israelí, tuvo lugar pocas horas después de que un palestino de 41 años, padre de seis hijos, fuera asesinado en el barrio judeo-árabe de Abu Tor, en Jerusalén. Según la policía israelí el autor del asesinato podría ser un ortodoxo judío, responsable de al menos otras seis muertes de ciudadanos árabes, perpetrados en diferentes puntos de Jerusalén en los últimos ocho meses. En el entierro del palestino asesinado se produjeron numerosos incidentes, como consecuencia de los cuales seis árabes resultaron heridos por el Ejército israelí.

Los dos sucesos han crispado las tensiones habituales existentes entre Benjamín Netanyahu y Yasir Arafat, quienes desde hace dos días se encuentran inmersos en una guerra verbal, acusándose mutuamente de incumplir los acuerdos de Wye Plantation. Netanyahu ha enviado en las últimas horas una carta al presidente Bill Clinton en la que responsabiliza formalmente a Arafat de infringir los pactos firmados en Washington el pasado 23 de octubre.

"Al afirmar que quiere proclamar unilateralmente un Estado palestino el próximo 4 de mayo, Yasir Arafat incumple los Acuerdos de Oslo, en los que se establece que el estatuto final de Cisjordania y Gaza debe ser definido por un acuerdo negociado", asegura el jefe del Gobierno israelí en la carta remitida al presidente Clinton.

Netanyahu denuncia también en el mensaje la falta de voluntad de la Autoridad Nacional Palestina para convocar el Consejo Nacional (Parlamento) palestino y anular en esta asamblea las 29 referencias que la Carta palestina, o Constitución, hace a la lucha armada contra Israel, tal y como se pactó en Wye Plantation. La carta lamenta por último las continuas llamadas a la violencia que las autoridades palestinas están efectuando con absoluto desprecio de los acuerdos de Washington en los que se acordó el establecimiento de un comité de vigilancia al respecto.

Anoche los israelíes amenazaron con no proceder a las dos retiradas que aún deben llevar a cabo si los palestinos no cumplían sus exigencias. El Gabinete de Arafat reaccionó rechazando las condiciones de Netanyahu.