Los dos accidentes más graves
La fuga de 6.000 litros de cloro de Flix (Tarragona) y el escape de anhídrido sulfuroso producido en octubre de 1994 en la empresa Rontealde en Barakaldo (Vizcaya) han sido los dos principales accidentes de la industria química en España en los últimos cuatro años. En el caso de Flix apenas hubo que lamentar daños personales, pues al producirse de madrugada, la gente estaba en casa, que es lo que se recomienda ante este tipo de fugas, y se evitó el pánico y la catástrofe. En Rontealde, el escape obligó a hospitalizar a siete personas y trajo la muerte a un vecino de 70 años. ¿Consecuencias? En el caso de Barakaldo, tres responsables de la empresa están procesados; el juicio se celebrará en 1999; estas mismas personas ya fueron absueltas en 1994 por un escape semejante producido en 1988, informa Alberto Uriona.En Tarragona, todos los accidentes químicos ya están archivados judicialmente, informa Josep Garriga. Sólo permanece abierto un sumario contra seis altos directivos de Erkimia y de su grupo madre Ercros, pero no por el accidente de 1995, sino por un delito continuado contra el medio ambiente; el fiscal solicita seis años de prisión para cada uno de ellos por supuestos vertidos ilegales al Ebro de productos tan contaminantes como el mercurio. El escrito de acusación se redactó ya en febrero de 1996, pero el sumario permanece paralizado.
El caso emblemático en que se ha dictado una sentencia firme de prisión ha sido el del empresario catalán José Puigneró, cuya industria no es química sino textil. En 1995, la Audiencia de Barcelona le condenó a cuatro años de cárcel por reiterados vertidos con-taminantes a un afluente del río Ter. El caso llegó al Tribunal Supremo, que ratificó la pena en febrero de 1997; dos meses después, el empresario entraba en prisión, pero ya disfruta de un régimen especial abierto, gracias al cual ni siquiera duerme en la cárcel.
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