Sólo 30.000 alumnos acudieron ayer a las manifestaciones por la enseñanza pública
La mitad de los 3,4 millones de estudiantes de secundaria hicieron huelga y no fueron a clase
Las manifestaciones de estudiantes de secundaria, convocadas ayer en toda España, sólo lograron reunir en total a unos 30.000 alumnos (100.000, según los convocantes). Fueron apenas un puñado de los 1,7 millones de estudiantes (el 50% de un total de 3,4 millones) que, según el Gobierno, secundaron la huelga organizada para reivindicar más inversiones para la enseñanza pública. Según las asociaciones, el 70% de los estudiantes de secundaria faltaron a clase. Las movilizaciones fueron tranquilas, pero en Madrid un pequeño grupo se enfrentó a la policía y los periodistas.
La reacción del Gobierno fue tildar de irresponsables a los convocantes y acusar a los partidos de la oposición, especialmente al PSOE, y a los sindicatos de avivar la tensión, manipular políticamente a los estudiantes y perturbar el ritmo de las clases.En la mayoría de las pancartas que sacaron los alumnos a la calle se leían frases alusivas al descuido del Gobierno central y los diversos autonómicos con la enseñanza pública. En la de Madrid podían leerse también críticas contra la ministra de Educación, Esperanza Aguirre: Espe, tú eres la irresponsable; No bombardees la educación pública.
El tono de los gritos de los alumnos era de rabia y descontento, y, aunque pidieron reiteradamente la dimisión de la ministra de Educación, las marchas transcurrieron tranquilamente por varias decenas de ciudades. Sólo hubo incidentes en Madrid, Tarragona y Valladolid.
En Madrid, la marcha comenzó a mediodía desde la plaza de Colón hasta la sede del Ministerio de Educación y, tras darse por finalizada a las 13.30, varios encapuchados armados con palos y banderas se enfrentaron con la policía, les lanzaron huevos y tuercas, y agredieron a varios fotógrafos. Estos altercados concluyeron con dos estudiantes detenidos y cinco policías con contusiones leves. Según la policía, en la capital se manifestaron 5.000 alumnos, entre estudiantes de secundaria y universitarios; según los estudiantes, 20.000.
La convocatoria de movilizaciones ha sido un reflejo de la insatisfacción con la situación que están viviendo los jóvenes en las aulas, pero también es una queja por su situación general: la falta de medios para formarse mejor, los empleos precarios, las prácticas gratuitas y la sombra acechante del paro. Una realidad que comparten muchos otros jóvenes europeos. Así lo señala Juan Manuel Municio, secretario general del Sindicato de Estudiantes, principal organización convocante de las manifestaciones.
Detrás de estos motivos generales están las preocupaciones concretas de los alumnos por la falta de profesores, medios y centros. Han convocado también en toda España la Asociación de Estudiantes (AES) y, en Madrid, los universitarios de la Coordinadora de Estudiantes de Izquierdas.
El Sindicato de Estudiantes se reunirá el próximo lunes con el secretario general de Educación, Francisco López Rupérez, para comunicarle sus peticiones.
En Barcelona, la Asociación de Jóvenes Estudiantes de Cataluña (AJEC) y el Sindicato de Estudiantes consiguieron sacar a la calle a unas 5.000 personas (6.000 según los organizadores, 3.000 según la Guardia urbana), que abarrotaron la plaza de Sant Jaume, donde se erige la sede de la Generalitat. Allí gritaron a Jordi Pujol que quieren más dinero para la educación pública.
En el resto de Cataluña, la convocatoria se saldó con un relativo fracaso. En Tarragona, fueron 500 los manifestantes, en Girona 300 y en Lleida no pasaron de los dos centenares. Un grupo de jóvenes lanzaron huevos y pintura contra la fachada de la Generalitat, y, en Tarragona, la policía detuvo a dos adolescentes de 14 años por tirar piedras contra las fuerzas del orden.
Tímida respuesta
La respuesta tanto en Bilbao como en Vitoria fue, según fuentes policiales, bastante más reducida, informa Naiara Galarraga. Más de un centenar de adolescentes (1.000, según los organizadores) marcharon por el centro de Bilbao con una pancarta que reivindicaba una educación pública de calidad y el derecho a acceder a un puesto de trabajo. En Vitoria, menos de un centenar de alumnos (300, según el sindicato) se concentró en una céntrica plaza.
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