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Duras críticas al papel de la CIA

Mientras Estados Unidos se prepara para otro enfrentamiento con Irak, ha estallado en Washington un acalorado debate sobre el papel desempeñado por la Agencia Central de Información (CIA) en varios intentos, desde el final de la Guerra del Golfo, en 1991, para derrocar al Gobierno de Sadam Husein.Steve Richter, jefe de la división para Oriente Próximo de la CIA, se ha convertido en el protagonista de la disputa, acusado de fracasar tras dar su apoyo a varios proyectos de golpe militar en Bagdad, en vez de respaldar intentos de revolución o guerrillas. Richard Perle, ex subsecretario de Defensa y conocido derechista durante la guerra fría, declaró el mes pasado que el mandato de Richter, durante los últimos cuatro años y medio, había "afectado negativamente a nuestro intento de tratar con Sadam Husein".

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Las críticas dirigidas contra Richter, algo casi sin precedentes a ese nivel en la CIA, toman importancia debido a la influencia que mantiene Perle entre los senadores republicanos. "Steven Richter tiene un historial consistente de fracasos", señaló Perle. "El jefe de la división [para Oriente Próximo] debe ser destituido debido a su incompetencia y carencia de aptitudes fundamentales para el puesto", continuó Perle, y añadió: "El director de la CIA debe explicar por qué [Richter] ha permanecido allí a pesar de una carrera llena de fracaso tras fracaso". El ataque contra Richter es en realidad una crítica a George Tenet, director de la CIA, y de sus asesores más próximos, todos ellos involucrados en los intentos para derrocar a Sadam Husein.

El ataque verbal de Perle refleja la subida de tono de una disputa latente entre los republicanos del Congreso y la Casa Blanca sobre la política estadounidense con respecto a Irak. Los detractores de la CIA se quejan de que la organización no logra romper con su estilo tradicional de los años cincuenta, cuando era fácil organizar un golpe militar en los países árabes.

A finales del mes pasado, el presidente Clinton firmó la Iraqi Liberation Act (Ley de Liberación Iraquí), que autoriza el suministro a la oposición iraquí de armas, equipos y entrenamiento militar por un valor de 14.000 millones de pesetas. La organización opositora Congreso Nacional Iraquí (CNI) logró persuadir al Congreso norteamericano para que aprobara su política de resistencia civil armada, frente al estilo más conspirador de la CIA. "Sadam resiste mejor los golpes de Estado que nosotros apoyamos", se lamentó Perle. Los detractores del programa de resistencia armada del CNI sostienen que Irak quedaría reducido a la anarquía como Afganistán o Líbano en los ochenta. "¿Qué va mal en Líbano? La vida en Líbano ahora es mucho mejor que en Irak", dijo Ahmen Chelabi, líder del CNI.

El problema para la CIA es la prioridad del Gobierno de Estados Unidos de mantener la situación política en Irak tras el derrocamiento del líder Sadam.

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©The Independent / EL PAÍS

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