Envenenadas millones de personas por beber durante años agua con arsénico en Bangladesh
Halladas altas dosis naturales del tóxico en los pozos excavados con ayuda internacional
Más de 18 millones de ciudadanos de Bangladesh y del vecino Estado indio de Bengala Occidental están bebiendo agua contaminada. Centenares de miles están expuestos a una muerte lenta, bebida sorbo a sorbo, y cuyo origen está en el alto contenido de arsénico presente, de forma natural, en las aguas extraídas de pozos subterráneos. El sistema, construido desde hace 25 años con ayuda de Unicef y otros organismos internacionales, pretendía evitar las infecciones que provoca el consumo de aguas estancadas. Los afectados se enfrentan a un riesgo mucho mayor: el cáncer.
La OMS afirma que la presencia de arsénico en una cantidad superior a los 0,01 miligramos por litro de agua es perjudicial para la salud. La legislación de Bangladesh admite, sin embargo, cantidades cinco veces superiores. Pero sus ciudadanos han estado bebiendo agua con concentraciones de hasta 2 miligramos de arsénico natural por litro, 200 veces más de lo recomendado por la OMS. El máximo nivel de arsénico detectado en las aguas contaminadas por el vertido de Aznalcóllar (Sevilla) fue de 0,2 miligramos por litro.Según la información publicada ayer por el Herald Tribune, 43 de los 64 distritos en los que está dividido Bangladesh están bebiendo agua contaminada. Algunos de ellos desde hace 25 años, cuando las autoridades, ayudadas por Unicef y otras organizaciones internacionales, empezaron a impulsar la construcción de pozos de agua. El objetivo de esta operación era disminuir el riesgo de contraer cólera y diarrea, dos de las principales causas de mortalidad en el país, ambas provocadas por el consumo de aguas estancadas. La mayoría de esas bombas manuales tienen entre 10 y 20 años, que es el periodo de tiempo que tarda el arsénico en hacer su letal trabajo y manifestarse, casi siempre, bajo la forma de algún cáncer. Los efectos del lento envenenamiento ya se pueden ver. Pieles moteadas como fruta podrida, dolorosas verrugas que cubren manos y pies, dice el Herald Tribune.
Lo que no saben aún los expertos es cuántas vidas están en peligro. Babar Kabir, un hidrólogo que trabaja para el Banco Mundial en la solución de la crisis, aseguró al periódico estadounidense que la cifra más moderada previsible es de 18 millones de envenenados, de los que centenares de miles corren peligro de muerte. Incluso en el vecino estado indio de Bengala Occidental se han detectado aguas contaminadas.
No existe tratamiento, pero sí se puede impedir que los ciudadanos sigan bebiendo esa agua. En agosto el Banco Mundial anunció que proporcionaría a las autoridades 32,4 millones de dólares (4.665 millones de pesetas) para poner en marcha el programa que libraría de arsénico las aguas de esos pozos. El Gobierno usará buena parte de ese dinero en analizar las aguas de los casi cuatro millones de pozos que existen en el país.
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