Uno de cada 10 españoles sufre insomnio
El 20% de la población trabaja en turnos y horarios que dificultan el sueño
Dormir bien es una de los pilares de la salud. Pero en el siglo XX se ha perdido alrededor de una hora y media de sueño por término medio a causa de los cambios de hábitos y porque han proliferado técnicas e instrumentos que antes no existían, como luz eléctrica y la televisión. Y cada vez se observa una mayor incidencia de los trastornos del sueño.
En España, alrededor de un 11% de la población sufre insomnio crónico o transitorio y otro 2% sufre apnea del sueño, una afección caracterizada por súbitas y repetidas paradas respiratorias que impiden un sueño profundo y provocan en quienes las sufren una somnolencia diurna que es causa de un alto número de accidentes de tráfico.
A ello hay que añadir, según se puso de manifiesto en el último congreso de la Sociedad Europea de Investigación del Sueño, celebrado hace unas semanas, que un 20% de la población ocupada trabaja en horario nocturno o en turnos laborales cambiantes. Los cambios de horario provocan que los trabajadores a ellos sometidos no logren nunca adaptarse del todo, de modo que sufren frecuentes alteraciones del sueño por ese motivo.
Abuso de somníferos
Muchas personas sufren estas alteraciones sin recurrir al médico, pero no siempre los que lo hacen reciben el tratamiento adecuado. Los médicos de cabecera que tratan estas alteraciones, muchas veces provocadas por factores psicológicos, suelen recetar fármacos y pautas terapéuticas que muchas veces no siguen los criterios aplicados por los especialistas en alteraciones del sueño.Para el vicepresidente de la Sociedad Europea del Sueño, Antonio Vela-Bueno, "se produce un abuso de somníferos y éste tiene que ver en parte con la relativa falta de información que se les da a los médicos generales y la fuerte demanda de pacientes que se quejan de insomnio".
"El insomnio crónico tiene un alto contenido psicopatológico, y el insomnio transitorio puede ser consecuencia de situaciones estresantes y de enfermedades somáticas pasajeras", explica Vela-Bueno. Cuando este trastorno del sueño tiene su origen en el estrés, ya sea por una sobrecarga emocional o física, lo que recomiendan los especialistas es ponerse en buena forma física y utilizar algún método de relajación. "Hay gente que para afrontar el estrés adopta formas no adaptativas, como el consumo de alcohol o fumar más", asegura el especialista, lo cual suele tener rápidas consecuencias para la salud. La apnea del sueño tiene entre uno de sus síntomas más comunes el ronquido intenso. El hecho de roncar de forma no habitual y sin intensidad no implica consecuencias graves en la salud. Pero si la persona que ronca sufre apnea del sueño, sus consecuencias pueden llegar a provocar serias complicaciones en la salud y, en algunos casos, incluso la muerte. Esta afección suele afectar a personas de edad media, con problemas de sobrepeso y con riesgo de sufrir afecciones cardiacas.
Ente las personas que trabajan de noche o por turnos se observa una gran incidencia de trastornos del sueño. El consumo de alcohol y de fármacos psicótropos es alto entre ellos y muchos sufren trastornos de la alimentación.
Para Vela-Bueno, "los problemas del sueño deberían ser una prioridad en la sanidad pública, que no cuenta con ningún programa especial ni con campañas de prevención". En el caso de la apnea, la prevención podría evitar muchos accidentes. Para quienes sientan somnolencia conduciendo, una cabezada corta que no exceda de los 20 minutos y un poco de cafeína son una buena solución momentánea, en tanto no se trate la afección de base.
La finalidad principal del sueño es que el cerebro se recupere de la actividad diurna. Los usos y costumbres de la sociedad han establecido las ocho horas como el tiempo idóneo para lograr un verdadero descanso. Los especialistas indican que esto es un estereotipo. En realidad, el cerebro se recupera con menos tiempo, ya que sólo necesita de unas cinco o seis horas, según explica Antonio Vela-Bueno. Pero es bueno completar el descanso con algunas horas más. Durante el sueño se produce una intensa actividad neuronal. Los especialistas han establecido dos estados primordiales del sueño: el REM o paradójico, en el que el cerebro está activo y el cuerpo paralizado. Y el sueño no REM, en el que el cerebro está más inactivo, aunque no totalmente.
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