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La caída del precio del cerdo no repercute en la cesta de la compra

La otra cara amarga de la crisis del porcino es que mientras los ganaderos van camino de arruinarse, otros sectores están aprovechando el hundimiento de los precios para hacer el negocio del siglo. Los productores se quejan de que las espectaculares bajadas de precios en origen no están repercutiendo en el ama de casa a la hora de hacer la compra. En el IPC de los últimos tres meses, el precio del porcino ha repercutido en un 3%, cuando la bajada ha sido de un 60%. Las empresas cárnicas aseguran que de esta situación se aprovechan sobre todo las cadenas de distribución, las grandes superficies comerciales, los supermercados, las charcuterías y los pequeños detallistas, por la sencilla razón de que están comprando el producto muy barato desde hace meses y, en cambio, siguen vendiendo al mismo precio que antes de la crisis. Los ganaderos ponen el ejemplo del jamón para explicar lo irracional que resulta esta situación. El consumidor paga en la tienda por un jamón de bodega de 7,5 kilos alrededor de 8.000 pesetas, una cantidad similar a la que percibe el productor por un cerdo de 100 kilos de peso. Lo mismo ocurre con todos los demás productos derivados del porcino.

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