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Cataluña es la comunidad que dedica una proporción menor del presupuesto a inversión pública

Enric Company

Cada año, menos proporción del presupuesto de la Generalitat para inversión pública; cada año, una parte más grande para gastos corrientes. Hasta el extremo de que Cataluña se ha convertido en la comunidad autónoma que destina una proporción más pequeña de sus presupuestos a inversión pública. Éste es el diagnóstico de los socialistas catalanes sobre la evolución de los presupuestos que llevan la firma de Convergència i Unió (CiU). El especialista del PSC en estas cuestiones, el diputado Martí Carnicer, lo expuso ayer a propósito de unas jornadas organizadas por su partido para preparar su alternativa de gobierno en Cataluña. En 1998, las inversiones públicas representaron el 8,5% del presupuesto catalán. Ese mismo año, el Gobierno vasco había destinado el 14,1% del suyo; el andaluz, el 15,2%; el de Valencia, el 18,7%; el de Canarias, el 20,3%; el de Navarra, el 20,4%, y el de Galicia, el 21,2%. El descenso de las inversiones comenzó en 1996 y ha sido particularmente acusado en el ejercicio de 1998, el actual. Tomando como base 100 el promedio de las inversiones presupuestadas por las comunidades autónomas del artículo 151 de la Constitución, el Gobierno de Cataluña alcanzaba el 82%. Pero al año siguiente bajó al 69%. Volvió a bajar en 1997, situándose en el 60%, y cayó hasta el 47% en 1998. Al mismo tiempo, los gastos corrientes han ido creciendo y representando una proporción mayor del presupuesto de la Generalitat. Carnicer toma como base para sostener esta afirmación los datos de la liquidación de los presupuestos. Mientras que en el presupuesto de 1993 la liquidación indica que se destinó a gastos corrientes el 84,4% del total, en la liquidación del presupuesto de 1997, la última conocida, este porcentaje asciende al 88,8. La evolución de los ingresos y los gastos corrientes sigue una relación casi paralela entre los años 1991 y 1995, pero a partir de ese año Carnicer registra una creciente separación entre ellos, porque los ingresos crecen menos que los gastos. En 1998 la diferencia quedó en casi 100.000 millones (99.693) más de gastos corrientes que de ingresos. Durante ese año de 1998 los gastos corrientes fueron de 265.777 pesetas por habitante en los presupuestos de la Generalitat, mientras que el promedio en las comunidades del artículo 151 de la Constitución fue de 249.366 pesetas por habitante.

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