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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Una singularidad

El Banco de España anunció ayer por anticipado la reducción de 0,25 puntos en el tipo de interés de intervención, con lo que el precio del dinero quedará fijado desde hoy en el 3,50%. El método utilizado por el banco emisor es una evidente singularidad, puesto que no había recurrido al anuncio anticipado del abaratamiento del coste del dinero. El gobernador Rojo ha decidido aprovechar el ensayo del nuevo modelo de subastas a seis días que impondrá el Banco Central Europeo (BCE) a partir de enero para rebajar los tipos en un cuartillo y aproximarlos así al nivel más bajo del 3,30% existente en Alemania y Francia.Además del efecto positivo que pueda tener sobre créditos al consumo o a las empresas, con lo que supone de estímulo al crecimiento, la rebaja de tipos transmite también a los mercados el mensaje de que el Banco de España agota virtualmente el recorrido a la baja -con un último cuartillo para cerrar el año- salvo que el Bundesbank emprenda también el camino que le pide el nuevo Gobierno alemán.

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El Banco de España baja los tipos al 3,5% un día antes de la subasta

Tanto la decisión española como las de Portugal y Suecia, que también ayer bajaron sus tipos, se producen en un momento controvertido en las relaciones entre los nuevos poderes políticos en los países de referencia de la unión monetaria (Francia y Alemania), donde los gobiernos de centro-izquierda pretenden articular políticas económicas más preocupadas por el crecimiento económico y el empleo, y el BCE, cuya tarea institucional es mantener la estabilidad monetaria. Lionel Jospin y Gerhard Schröder -este último a través de su ministro de Economía, Oskar Lafontaine- presionan para solicitar nuevas reducciones del precio del dinero en el área del euro para aumentar la riqueza y el empleo.

Es pronto para saber si se trata de un enfrentamiento estructural entre los gobiernos socialdemócratas, preocupados por el empleo, y un banco central ocupado en la inflación. Hay indicios para suponer que las tensiones serán circunstanciales. En un marco de inflación a la baja, el BCE está obligado a mantener la línea descendente de los tipos. La independencia del BCE no está amenazada porque desde los Gobiernos se solicite una sensibilidad mayor hacia el crecimiento. El BCE debe buscar un equilibrio entre la necesidad de mantener un área de estabilidad monetaria con tipos bajos sin caer en la tentación de utilizar los tipos de interés como estímulo artificial del crecimiento. Wim Duisenberg ensayó ayer ese equilibrio cuando anunció, por una parte, que continuará la tendencia de los tipos a converger en los niveles más bajos del 3,30% y, por otra, que "la política monetaria no resolverá los problemas estructurales".

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