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Mercedes Salisachs afirma que pretende que el lector se vea obligado a meditar

Juan Luis Cebrián presenta la última novela de la autora catalana

"Siempre he pretendido que el lector se sienta obligado a meditar, que dialogue con los personajes, que los contradiga o les dé la razón. En una palabra, que viva la lectura, que imagine". La escritora catalana Mercedes Salisachs definió así sus intenciones al presentar ayer en Madrid La voz del árbol, última novela de esta prolífica escritora catalana que ha publicado más de 20 obras y que ha obtenido importantes premios como el Planeta, el Ateneo de Sevilla o el Ciudad de Barcelona.

Tras confesar que escribe lenta y con muchas dudas, Mercedes Salisahcs (Barcelona, 1916) comentó que había realizado tres versiones de esta novela, publicada en Plaza y Janés, antes de entregarla a los editores.Libro dividido en siete décadas con el personaje de un ama de llaves, de una mujer del servicio doméstico, como hilo conductor, Salisachs negó que hubiera tratado de ofrecer un retrato de la evolución de España en este siglo. "Ahora bien", añadió, "lo que sí doy son pistas del transcurrir cotidiano del siglo. En cualquier caso, siempre he pensado que lo verdaderamente importante de un texto no está en lo que se expone, sino en la forma de exponerlo".

Varios centenares de personas asistieron anoche en un hotel de Madrid a este acto literario centrado en torno a una de las novelistas veteranas más leídas en España. El académico y periodista Juan Luis Cebrián fue el encargado de presentar a la escritora, de quien destacó su "capacidad de comunicación con el lector". También se refirió Cebrián al "castellano simple, claro y riguroso de Mercedes Salisachs que para sí quisieran muchos de los que han nacido en Castilla". "Por tanto", agregó, "la convivencia lingüística en Cataluña no tiene por qué empobrecer la lengua". Cebrián definió asimismo La voz del árbol como una "novela de carretera donde las paradas del viajante han sido sustituidas por las casas donde sirve la protagonista de la novela. Mercedes Salisachs toma partido a favor de esta mínima mujer, que siempre calla y que profesa un cariño que no merecen los otros protagonistas de la historia".

En su introducción al libro Cebrián señaló que si bien la escritora no había dado claves de la ciudad donde transcurre la acción, todos los indicios apuntan al reconocimiento de Barcelona y de la burguesía y las clases pudientes de la capital catalana. Sugirió Cebrián que el libro podría ser aprovechado como un buen guión de una serie de televisión y defendió la participación de escritores de talla en la elaboración de historias para el medio televisivo.

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