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La comisión de expertos concluye que Maeso contagió a 171 pacientes la hepatitis C

El ADN revela la coincidencia absoluta entre los virus del anestesista y de los infectados

La comisión de expertos ha concluido por encima de toda duda razonable que el anestesista Juan Maeso contagió la hepatitis C a 171 pacientes a los que atendió en varios quirófanos de Valencia. El ADN de las muestras revela una coincidencia absoluta entre el virus del anestesista y el de las personas infectadas. El informe, que ya obra en poder del juez, reconoce deficiencias en la cadena de esterilización del hospital privado Casa de Salud, pero matiza que esos problemas "no tienen relación alguna con el brote". El anestesista Maeso es el único imputado en el caso.

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El juez estudia si la consejería delinque al dar el informe

La intensidad del trabajo diario del anestesista Juan Maeso está "directamente relacionada" con el número de contagios, señala el informe elaborado por expertos en genética, microbiología, anestesia, epidemiología y enfermedades infecciosas.Según estos expertos, entre enero de 1994 y marzo de 1998 se produce un brote epidémico de hepatitis C (de genotipo 1A) en el hospital Maternal La Fe y la clínica privada Casa de Salud de Valencia, "que se caracteriza por ser una situación singular, que no se ajusta a las formas habituales de transmisión de la enfermedad".

Aunque el origen del brote data de 1994, existen casos aislados desde 1989, cuyo nexo de unión con el brote es, para los dos hospitales, el anestesista Juan Maeso Vélez. Del estudio de casos se desprende que "existe una mayor probabilidad de infección entre las personas expuestas a la actividad profesional de J. M. V. que entre las personas no expuestas", y que el ADN de la región relevante del virus de Maeso (la que no está sometida a rápidas variaciones en cada generación de virus) se relaciona estrechamente con la de los infectados.

Los expertos mencionan los "indicios de una adicción a los opiáceos" por parte del anestesista y afirman que la probabilidad de infeccción es mayor cuando la dosis de opiáceo empleada en la anestesia es superior a la adecuada. Además, el informe añade que la probabilidad de contagio está relacionada directamente con la intensidad del trabajo diario de Maeso, que pasaba más minutos en quirófano los días en los que se produjo infección.

El estudio no sólo constata una libertad de movimientos en el horario laboral del anestesista, sino que revela que "los cambios introducidos en su actividad profesional [trabajaba indistintamente en ambos hospitales], son concordantes con los cambios observados en las curvas epidémicas".

Analizados los sistemas de desinfección y esterilización de ambos hospitales, se encontraron "deficiencias estructurales" en la cadena de esterilización del centro privado Casa de Salud, pero los expertos afirman que éstas "no tienen relación alguna con el brote epidémico".

Por lo que respecta al estudio virológico, hasta el pasado 30 de septiembre se analizaron 4.871 muestras de sangre, y en 690 personas se detectaron anticuerpos frente al virus de la hepatitis C, de las que 530 tenían además virus en la sangre. De ellas, 242 tenían el genotipo 1A (el mismo que Maeso), que en las regiones mediterráneas sólo se presenta en el 10% de los casos de hepatitis C. Una vez secuenciada la región estable del virus y comparada con la del anestesista, los expertos detectaron que en 119 casos el virus era idéntico, y en otros 52 casos sólo se apreció una diferencia. De ahí que el informe ciña el brote epidémico a 171 personas, de las cuales 140 fueron operadas en el hospital privado Casa de Salud y 31 en La Fe. El resto de los casos, dicen, entra dentro de la prevalencia habitual de la enfermedad.

El informe hace referencia a cuatro pacientes atendidos por "otros anestesistas", pero, según fuentes de la consejería, esos casos fueron también atendidos por Maeso, aunque sean otros nombres los que figuran en el parte de la intervención (al parecer, una práctica no infrecuente al hacer una sustitución).

Todas estas conclusiones fueron facilitadas ayer por el consejero de Sanidad de la Comunidad Valenciana, Joaquín Farnós, quien reiteró que la vía de contagio fue "de sangre a sangre". Aunque no descartó complicaciones futuras, el consejero aseguró que, de momento, ninguno de los infectados corre peligro. Farnós recordó que 50 de esas personas aportaron una analítica previa y otra posterior a su intervención, lo que permite afirmar que fueron contagiados en uno de los dos hospitales.

El consejero, que aún no ha resuelto los expedientes abiertos contra 13 médicos a los que acusó de llevar a cabo una "conspiración de silencio", reconoció que siete pacientes contagiados en la Casa de Salud estaban integrados en el plan de choque del Gobierno valenciano contra las listas de espera (envío de pacientes a clínicas privadas), lo que le llevó a afirmar que "habrá que solventar" las deficiencias en la cadena de esterilización de este centro.

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