El cajón de sastre

El hospital vizcaíno de Cruces pone en práctica una parcial objeción de conciencia. El centro realiza abortos siempre que el problema sea fetal o materno, "a excepción de la causa psíquica contemplada por la ley", según explica el doctor Rodríguez Escudero, responsable del Servicio de Obstetricia y Ginecología. El supuesto que alude a problemas psicológicos "se trata de un cajón de sastre por el que el cuarto supuesto ha dejado de tener interés", afirma el facultativo. En estos casos, derivan a las embarazadas a centros concertados, una decisión que se asumió "por consenso" por el colectivo de 38 ginecólogos que trabajan en el hospital baracaldés. "A veces puede ocurrir que los médicos no objetores se acojan la cláusula de conciencia para no sobrecargarse del trabajo que sus compañeros no admiten", matiza José Quintas, portavoz del Santiago Apóstol de Vitoria. Un especialista de la clínica Euskalduna, uno de los centros privados concertados con Osakidetza más importantes del País Vasco, resta relevancia al peso de la motivación de conciencia: "Las mujeres saben que en los centros públicos no se les atiende de igual manera, ya que se trata de situaciones muy personales que responden a decisiones individuales", indica. En este contexto destaca la intención expresada desde sindicatos sanitarios, especialmente CC OO, de pedir la supresión de la objeción de conciencia de los médicos en los supuestos legales de aborto, al interpretar que son funcionarios públicos y no cabe la primacía de una decisión personal frente a una exigencia social contemplada por ley.