Creciendo por encima de la media
Los principales datos económicos son irrefutables. La economía vasca ha dado un giro total en los últimos cuatro años. Es cierto que la coyuntura internacional y el ciclo económico jugaban a favor de Euskadi, pero no es menos cierto que ni en Europa ni en el resto de España ha habido unos resultados tan favorables. En 1994 la tasa de paro estaba en el 25%; hoy, cuatro años más tarde, ronda el 17,5%. Todavía es un problema esencial, pero la creación de empleo ha sido considerable. El principal factor que ha propiciado estos excepcionales resultado ha sido el crecimiento de la economía. En 1993 se ponía fin a la recesión con una reducción del Producto Interior Bruto (PIB) vasco del 0,7%. Desde entonces ha habido una pista abierta al crecimiento y a la expansión, sobre todo los dos últimos años. Mientras en 1997 la economía española crecía un 3,8%, en el País Vasco lo hacía en un 5,6%.Una trayectoria que se ha repetido a lo largo de este año, para el que se prevé un crecimiento global del 5,2%. El ciclo arrastra "La economía depende del ciclo y la vasca más que la del resto de España", asegura el catedrático de Economía Aplicada de la UPV Roberto Velasco. Cuando el mundo va bien, Euskadi va mejor, pero hasta ahora, cuando el mundo iba mal, Euskadi iba peor. Sin embargo, las previsiones no confirman esta tendencia. En pleno cambio del ciclo económico, con la recesión en el Lejano Oriente, Rusia y Latinoamérica, en el País Vasco se calculan crecimientos de hasta un 3,9% para 1999. "Datos así los firmaríamos ahora mismo", asegura con vehemencia José María Ruiz Urchegui, secretario general de la patronal guipuzcoana, Adegi. El giro que ha dado Euskadi en cuatro años tiene unas bases sólidas, y descansan no sélo en la actuación pública, sino en su combinación con la iniciativa privada. Las empresas han apostado por la renovación tecnológica, una realidad que queda constatada en el hecho de que el gasto vasco en I+D (investigación y Desarrollo) es del 1,87% del PIB, un punto por encima del resto de España. "La confluencia de dos factores, una política industrial y unos empresarios que han creado proyectos, han ayudado a transformar la sociedad", constata Antonio Cancelo, presidente de Mondragón Corporación Cooperativa. Los servicios y el turismo han crecido pero, sin duda, una vez cerrada la etapa de la reconversión, la industria ha desempeñado un papel esencial. La Margen Izquierda del Nervión y la bahía de Pasaia son los dos puntos negros en este panorama positivo. Su tasa de paro ronda el 25% y su regeneración industrial y urbano está en proceso de desarrollo. La política industrial desarrollada desde el Gobierno vasco ha buscado el desarrollo de estas dos zonas, cuna de la vieja industria pesada vasca. Junto con la principal herramienta del Gobierno vasco, el programa Ekimen de ayuda al empleo y la inversión, se ha desarrollado un política de cooperación con el resto de las instituciones públicas para desarrollar estas zonas. Ambas cuentan con unas comisiones interinstitucionales que coordinan las ayudas a estas áreas, declaradas por la Unión Europea en declive industrial y de urgente reindustrialización. Ni siquiera la guerra electoral desatada en el último mes sobre qué partido y que Administración ayuda más, ha podido terminar con estos foros de cooperación. Mientras la Bahía de Pasaia está prácticamente empezando, la Margen Izquierda, tal vez por su mayor dimensión, relevancia histórica y peso en el conjunto de la economía de Vizcaya, se ha convertido en el objetivo de los grandes proyectos energéticos. "A la Margen Izquierda, por justicia, hay que dedicarle los mayores esfuerzos". El consejero de Industria, Javier Retegui, que ha asegurado ya que no volverá a estar en el Gobierno, ha convertido a esta comarca en la clave de su política industrial. Retegui se ha declarado siempre, impulsor, y en algún caso ha sido artífice, de los grandes planes en marcha. La Margen Izquierda espera dos inversiones estratégicas para comienzos del siglo que viene: la planta regasificadora y la central de generación eléctrica por ciclo combinado del puerto de Bilbao y la planta IGCC que generará electricidad mediante el aprovechamiento de los residuos de la refinería de Petronor en Muskiz. Unas inversiones de 300.000 millones de pesetas que juegan con una combinación básica de socios: el Ente Vasco de Energía (EVE) y las empresas Repsol, Iberdrola y Amoco.
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