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Descubierta en Italia una red de comercio de órganos por Internet

Detenido un estadounidense de 48 años como presunto intermediario

El tantas veces denunciado comercio de órganos humanos para trasplante existe y los catálogos de la oferta están disponibles, incluso, en Internet. La certeza de tan atroz comercio ha quedado clara tras la detención en Roma de un ciudadano estadounidense que acudió a una cita que le había montado la policía ofreciendo un riñón por algo menos de tres millones de pesetas. La red operaba a través de Internet.

El detenido es un hombre de 48 años, natural de Los Ángeles (EE UU), que supuestamente forma parte de una amplia trama que opera en todo el mundo y sobre la que investigaba desde hace tiempo el FBI.Primero fue la red internacional de pederastas, ahora es la del comercio de órganos. Internet, como espacio de comunicación sin fronteras, es víctima de abusos y de un estrecho control policial. Los datos fragmentarios y confusos de la operación que ha puesto al descubierto la red fueron publicados ayer por el diario milanés Il Corriere della Sera y confirmados más tarde, aunque con no pocas reticencias, por la policía italiana.

La investigación ha revelado la existencia de una cadena en la que el detenido no parece ser más que un débil eslabón, un correo entre las partes. La ruta de este sórdido comercio arranca, según todos los indicios, de los países más pobres del mundo en Oriente y, también, de Europa (por ejemplo, Albania) que actúan como proveedores de órganos, y termina en cualquiera de los países del Occidente rico y civilizado donde son captados los posibles receptores. Países donde, como en el caso de Italia, 11.000 enfermos que necesitan un riñón, un corazón o un páncreas, para sobrevivir nutren las listas de espera, cada vez más largas ante la escasez de donaciones.

El Comité de Bioética del Consejo de Europa había advertido en varias ocasiones de este riesgo. La pobreza conduce a algunas personas necesitadas a ceder uno de sus riñones a cambio de dinero. Los receptores suelen ser personas de los países ricos que están en diálisis y en lista de espera para ser sometidos a un trasplante. La intervención suele realizarse clandestinamente en clínicas de un país pobre al que se traslada el receptor.

Catálogo

La operación policial se ha desarrollado durante varios meses bajo la dirección del comando provincial de carabineros de la capital italiana. Partiendo de una denuncia anónima, presentada por una persona que navegando por Internet se había tropezado con el anuncio sospechoso, los investigadores del Grupo Roma Centro, en colaboración con el FBI, localizaron el origen del anuncio que les condujo a Los Ángeles. Allí, los policías se hicieron pasar por clientes en busca de un riñón.El intermediario debía acudir primero a Italia, aunque el trasplante del órgano estaba previsto hacerlo en otro país. En el macabro catálogo figuraba también la posibilidad de conseguir el trasplante de otros órganos que, como el páncreas o el corazón, sólo pueden ser extraídos de personas en situación de muerte cerebral.

Sobre el anónimo detenido -la detención será confirmada hoy por un juez italiano- pesan ahora graves acusaciones. El fiscal italiano, Pietro Giordano, solicitará que se le mantenga encerrado en la cárcel de Regina Coeli por varios delitos: violación de la ley que castiga el comercio de órganos y de la normativa que prevé graves condenas a quienes practican o facilitan la ejecución de trasplantes clandestinos, sin contar con la figura penal de asociación para delinquir.

La publicación de la noticia provocó ayer la reacción de los portavoces de diversos partidos políticos de la oposición que reclaman un endurecimiento de la actual legislación italiana.

La ley que regulará los trasplantes de órganos está en estos momentos en fase de tramitación parlamentaria. Fabio Evangelisti, parlamentario del principal partido en el Gobierno, el de los Demócratas de Izquierda, abogó por la urgente necesidad de aprobar la ley que regulará las donaciones de órganos. Las legislaciones sobre trasplantes establecen que los órganos no podrán ser objeto de comercio.

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