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Legorreta defiende "una arquitectura de las emociones"

Se exhiben en Madrid edificios de su estudio mexicano realizados en los últimos 30 años

Unas grandes superficies de amarillo y unas fotografías de edificios señalan desde el paseo de la Castellana, de Madrid, a la altura de los Nuevos Ministerios, la exposición de las obras y proyectos del estudio del mexicano Ricardo Legorreta (1931). En la sala del Ministerio de Fomento aparecen en fotos, planos y maquetas edificios de los últimos 30 años construidos en México y Estados Unidos. "La arquitectura es para la sociedad y no para un grupo de arquitectos", declaró ayer durante el montaje de la muestra.

La primera exposición de los trabajos del estudio de Legorreta coincide con su participación en la primera bienal iberoamericana de arquitectura e ingeniería civil, que se celebra hasta el viernes en Madrid y Alcalá de Henares. Hoy participa en un coloquio sobre aspectos tecnológicos y por la tarde pronunciará una conferencia sobre la situación de la arquitectura actual.Para Legorreta, la tarea de cara al próximo siglo es "hacer mejores ciudades y no edificios llamativos". "Hay edificios que requieren soluciones espectaculares pero no todos tienen que ser monumentos. Las ciudades son atractivas por el conjunto, como ocurre con los cascos viejos". El ejemplo del nuevo Berlín tiene el riesgo de convertirse "en una competición ególatra entre los arquitectos".

Al arquitecto mexicano le gustaría construir en España e Italia, en un momento en que su estudio, un equipo de 30 personas, tiene una sucursal en Los Ángeles, para atender las obrasde Estados Unidos, y tiene proyectos en Japón e Israel.

La exposición de Madrid recoge desde los sesenta los edificios más conocidos, como los hoteles de la cadena Camino Real, las fábricas para Kodak, Nissan y Renault, las oficinas de Seguros América, Banamex e IBM y viviendas para el organismo gubernamental Infonavit. Hay un espacio con 12 maquetas en plata. En todas las obras hay color.

El color

"El color es una característica muy natural en México. Somos irresponsables en el uso del color, que forma parte de nuestra vida diaria. La utilización del color es puramente emocional", declara Legorreta."La luz y el espacio son fundamentales, por el tipo de luz natural y sus consecuencias en los espacios. La escala y las proporciones siguen siendo básicas para tener características humanas, como es la emoción, el misterio, la sorpresa, el romanticismo, en definitiva, las sensaciones que tiene uno al visitar un edificio. Las formas y materiales evolucionan pero ese resultado en el ser humano se tiene que mantener. La arquitectura tiene que ser emocional y no una labor meramente intelectual, como pretenden algunas corrientes o modas actuales. El edificio debe influir en los estados de ánimo".

Legorreta define a México como "un país de arquitectos, donde la arquitectura forma parte de la vida de los mexicanos, que la viven y la juzgan". Frente a los conceptos barrocos, sobre todo en los detalles, dice que intentan mantener los espacios a base de color y luz, que ya existían en los espacios precolombinos y colonial, junto a una construcción sencilla. En esta ciudad es donde desarrolla su trabajo, en un estudio de 30 personas que ahora dirigen su hijo Víctor Legorreta y Noe Castro, con una sección dedicada al diseño de mobiliario (en la muestra figuran varias sillas). Del estudio, destaca la "incorporación fuerte de los jóvenes, que representan una nueva inyección de entusiasmo".

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