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La Cita de Latinoamérica en Europa

Maribel Marín Yarza

La Cita de Biarritz no es sólo un festival cinematográfico, sino que con los años se ha ido consolidando como todo un encuentro de los latinoamericanos en Europa. Tiene sabor a cine, eso sí, porque durante una semana se proyectan un total de 15 largometrajes y 7 cortometrajes que compiten por los soles de Oro. Pero también se pueden ver gran cantidad de filmes y documentales que aportan una visión global sobre América Latina. En esta edición, el certamen se ha centrado especialmente en Cuba, en el centenario de su independencia. Pero más allá del cine, La Cita viste a Biarritz de fiesta; por las calles suena lo último en salsa y se respira el olor a condimentos de aquel continente. Bajo una inmensa carpa, situada frente a la Gare du Midi, el cuartel general del festival, se exponen para la venta artículos de la artesanía autóctona, discos de tango o se sirven comidas. Cualquiera de estos espacios es una buena excusa para practicar el baile. Y un buen lugar, para encontrarse por casualidad por ejemplo, con el escritor Gonzalo Celorio, quien ha recibido en la presente edición de este festival el Premio de los Dos Océanos. El otro gran escenario de La Cita es el Casino, con una ubicación de lujo mirando al mar. Sus instalaciones permiten realizar en su interior diversas exposiciones. En esta ocasión el Casino ha apoyado la multidisciplinariedad del arte. En sus salas se mostraban trabajos fotográficos, pictóricos y escultóricos de autores de Latinoamérica. Entre ellos, destacan las esculturas del cubano Agustín Cárdenas, que no pudo trasladarse a Biarritz por enfermedad. Sus trabajos rozan lo primitivo, sugieren un espíritu africano a través del marmol y el bronce principalmente. La muestra de Cárdenas se sitúa en una sala en la que se exponen también fotografías de Pierre Verger, un artista que retrató en vida, en blanco y negro, a las gentes de diversos países. La Cita se abre a toda la cultura latinoamericana con la excusa del cine; invita a trascender los mojitos cubanos para conocer aquella realidad. Mañana se despide, pero volverá a hacerlo el año que viene.

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