Neil Gaiman, demandado en los tribunales por agresión sexual y trata de personas
Scarlett Pavlovich, que trabajó como niñera del hijo del escritor estadounidense, presenta una denuncia por varias violaciones y acusa también a su exesposa por facilitárselas
Scarlett Pavlovich, que trabajó como niñera para Neil Gaiman, presentó el lunes una demanda contra el autor británico por violación, lesiones y coacción, y contra su exesposa, Amanda Palmer, por facilitarlas y ser “claramente consciente del peligro que Gaiman representaba”. Pavlovich afirma en la acusación, presentada en los tribunales federales de Massachusetts, Nueva York y Wisconsin, que el británico la violó repetidamente a partir de febrero de 2022, y asegura que la pareja vulneró las prohibiciones federales sobre la trata de personas. Solicita al menos siete millones de dólares en daños y perjuicios.
La mujer neozelandesa asegura que no tenía hogar y vivía en una playa cuando conoció a Amanda Palmer, mujer de Gaiman, en Auckland, Nueva Zelanda, en 2020. Tenía 22 años en ese momento y después comenzó a trabajar eventualmente como niñera del hijo del matrimonio en su hogar de Waiheke Island, donde se produjeron las violaciones.
La denuncia detalla abusos violentos por parte del autor que, según la demandante, en una ocasión le había pedido que se bañase, solo para meterse más tarde desnudo en el agua con ella. “Gaiman penetró entonces el recto de Scarlett con sus dedos”, expone la demanda, en la que también se menciona que, después de que la víctima se negara, el autor “también intentó penetrar el recto de Scarlett con su pene”.
El texto señala otros actos violentos, como un encuentro sexual forzado con Gaiman en el que Pavlovich perdió el conocimiento debido al dolor severo después de ser violada analmente, y otro en el que ella quedó sangrando después de que él la golpeara y estrangulara con un cinturón.
Las violaciones continuaron, según cuenta la mujer, pero ella siguió trabajando para la pareja porque estaba arruinada y sin hogar —”era una rehén económica”, dice el texto—, hasta que Pavlovich le dijo a Palmer que se iba a suicidar. Finalmente, abandonó la casa de los Gaiman y se quedó sin hogar nuevamente, aunque los documentos dicen que el autor finalmente le pagó por su trabajo cuidando al hijo de la pareja y ayudó a cubrir su alquiler durante unos meses.
Scarlett Pavlovich es una de las ocho mujeres que en un artículo de la revista New York Magazine narran sus experiencias de abuso con el responsable del cómic Sandman y libros como American Gods. Testimonios que se unieron a los de más mujeres que acusaron al autor de abuso en la serie de podcasts de The Tortoise del verano de 2024 titulado Master. La mayoría de las implicadas, explica la periodista Lila Shapiro, estaban en la veintena cuando conocieron al autor (la más joven tenía 18). Dos de ellas trabajaban para él, y cinco eran fans. Con la excepción de un beso supuestamente forzado en 1986, los relatos suceden cuando Gaiman superaba los 40 años.
El escritor negó todas las acusaciones en un comunicado emitido el mes pasado en el que escribía: “Nunca he tenido relaciones sexuales sin consentimiento con nadie. Jamás”.
Eso no ha evitado que, desde que empezaron a surgir las acusaciones el verano pasado, varios de sus proyectos hayan sido cancelados. Prime Video anunció que acortaría la última temporada de Goods Omens, basada en un libro del autor, y Disney detuvo la producción de una película basada en sus novelas.
Además, el mes pasado, la editorial Dark Horse, sello habitual del autor británico, anunció que dejaba de publicar sus obras y que cancelaba el lanzamiento de la serie de cómics Los hijos de Anansi. Mientras que algunas editoriales, como Marvel, WW Norton o HarperCollins, rehusaron trabajar con él en adelante.
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