La Iglesia envió a los diputados una carta en la que equipara la píldora abortiva con un arma química letal

Los grupos parlamentarios decidieron el 26 de noviembre aprobar por unanimidad una proposición no de ley encaminada a iniciar los trámites para la comercialización de la píldora abortiva RU-486. Sin embargo, para la Conferencia Episcopal Española este fármaco es "un arma química letal" para perpretar un crimen, según una carta que envió el pasado mes de julio al Congreso y que fue dada a conocer ayer.La carta de la Iglesia dice que esta decisión parlamentaria intenta "camuflar" la "tragedia moral del aborto". Para, a renglón seguido, pedir al Gobierno que "no tome ninguna medida que contribuya" a la comercialización de dicho fármaco.

Plaza, localizado

"La Conferencia Episcopal, realmente, ha dejado de tener los pies en el suelo por completo, y no conoce de qué se trata el tema", dijo ayer la diputada de Izquierda Unida Ángeles Maestro. "Este medicamento permite que la mujer que aborta bajo los tres supuestos permitidos por la ley lo haga con un método menos traumático y más barato", explicó. La RU-486 sólo se aplica antes de los dos primeros meses.Sanidad envió ayer a este periódico un comunicado en el que aclara, por fin, que el director general de Farmacia, Federico Plaza, que no compareció en el Congreso para hablar sobre la píldora abortiva, estaba en Bruselas; pero no en un inexistente acto organizado por el Parlamento Europeo (véase EL PAÍS de ayer), sino en una reunión convocada por una dirección general de la Comisión Europea. Plaza iba a hablar ante los diputados sobre las acciones del Gobierno del PP tendentes a comerciaizar la píldora abortiva. Sanidad afirma que comunicó la ausencia de Plaza el pasado día 18 (sin precisar a quién se lo comunicó). En realidad, trasladó tal comunicación a Relaciones con las Cortes. Pero este centro directivo del Gobierno no envió el documento al Congreso hasta el día 22 por la noche (tras terminar en el pleno en que el PP impidió la ampliación del aborto): cuando sólo faltaban unas horas para tratar sobre la píldora abortiva.