Bilingüe

Coincidiendo con el 25 aniversario del golpe de Estado de Pinochet en Chile, se han editado en nuestro país varios libros que recuerdan tanto los días de la Unidad Popular de Salvador Allende como aquéllos. Me interesa muy especialmente la autobiografía de Ariel Dorfman (autor de La muerte y la doncella), porque explora con gran belleza literaria, como es habitual en él, la complejidad de una vida marcada por la fatalidad de los exilios. Rumbo al Sur, deseando el Norte (Planeta, Colección Documento) es, también -me atrevería a escribir: sobre todo-, una intensa reflexión sobre la herida y la riqueza que produce en los hijos de la diáspora la entrada de un segundo idioma en su bagaje cultural y vital. Hay, en este libro, un análisis certero y lleno de amor y paciencia por las dos lenguas que, sucesivamente y pisándose la una a la otra -el castellano, el inglés; Argentina y Chile, Estados Unidos-, le han invadido irremisiblemente. Reflexión que debería aprevecharnos a quienes, en nuestro país, andamos a vueltas con el bilingüismo, mas sólo para utilizarlo como arma arrojadiza, para elegir cuál es el idioma bueno o el idioma malo, para cavar fosos sociales y culturales, presos de los políticos y de sus objetivos perversos y banales.No es casual que Dorfman enriquezca el ya expresivo título de su libro con la frase "Un romance bilingüe". Él mismo, escribiéndolo primero en inglés y traduciéndose luego al castellano, ha podido darse cuenta de la hondura de ese amor por ambos idiomas.

Rumbo al Sur, deseando el Norte es, además, un recuento apasionante de las varias existencias que se funden en la vida única e irremplazable del exiliado. Es, asimismo, un relato de los inesperados momentos en que la casualidad hace de uno, con mayor pericia que los grandes acontecimientos o debacles de la historia que a algunos les toca sufrir, lo que uno finalmente es para siempre.