El Ejército pierde protagonismo en el 25º aniversario del golpe en Chile

Un ambiente diferente al de otros aniversarios del golpe de Estado tendrá el próximo viernes el recuerdo de los 25 años que han pasado desde que la Junta Militar derrocó al presidente Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973 y el presidente eligió el camino del sacrificio personal antes que rendirse. La conmemoración será por última vez día festivo en el calendario y las Fuerzas Armadas han desistido de efectuar los desfiles y ceremonias que realizaban habitualmente mientras, como es ya una tradición, la izquierda marchará por el centro de Santiago hasta el cementerio general, donde está sepultado Allende.Una tras otra, las tres ramas de las Fuerzas Armadas y la policía de Carabineros, que ya no tienen la presencia tutelar del general Augusto Pinochet en la jefatura del Ejército, desde que pasó a retiro en marzo para incorporarse a la Cámara Alta como senador de por vida, han informado de que no realizarán actividades especiales en aras de la reconciliación. El nuevo comandante en jefe del Ejército, general Ricardo Izurieta, ha hecho saber que sólo celebrarán una misa para orar por los caídos durante el 11 de septiembre de 1973, de forma privada y sin prensa.

Misa "por la patria"

La Iglesia católica oficiará hoy una misa para "rezar por la patria", a la que asistirán el presidente, Eduardo Frei, y están invitadas las máximas autoridades políticas y militares y dirigentes empresariales y sindicales. Parlamentarios socialistas han anunciado que no acudirán a esta misa si asiste Pinochet. Según el arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, este acto litúrgico constituirá un anticipo de cómo se recordará a partir del próximo año la fecha, con la sustitución del festivo del día 11 por un Día de la Reconciliación Nacional, a conmemorar el primer lunes de septiembre.El senador Pinochet tendrá el próximo viernes un acto con la fundación que lleva su nombre, mientras sectores de la derecha han llamado a que la jornada sea "de reflexión". En una entrevista con el diario El Mercurio, el ex dictador atribuye su decisión de negociar con el presidente de la Cámara Alta y candidato presidencial democristiano, Andrés Zaldívar, que el 11 deje de ser festivo a que se corría el riesgo de que de todas formas se aprobara el cambio y, dice, fue un "gesto de reconciliación". Sin embargo, Pinochet considera que su actitud no ha sido correspondida por la izquierda: "Los otros piden gestos y no los hacen".

Organismos de derechos humanos y el Partido Comunista marcharán el viernes por la capital. Insistirán en pedir permiso al Gobierno para que los manifestantes pasen junto al palacio de la Moneda, donde murió Allende, y han advertido que, aunque se les niegue, lo intentarán. Las marchas que ha realizado la izquierda cada 11 de septiembre suelen culminar con cientos de detenidos y enfrentamientos.