Lleno total en las casas rurales
El nivel de ocupación de casas de agroturismo se ha disparado este año hasta un máximo histórico: el 85%
El País Vasco ha despegado este año como destino turístico y esta situación se extiende también al campo. Los agroturismos y hoteles rurales han registrado este verano un índice medio de ocupación del 85%, el mayor nivel de su historia y un 10% más que el verano pasado. El éxito de Euskadi está provocado, principalmente, por el Museo Guggenheim. El tirón del edificio diseñado por Gehry se ha unido a la oferta tradicional de los agroturismos, que impulsaron en 1989 el Gobierno vasco y los departamentos forales de Agricultura para aumentar los ingresos del sector primario.Según señalan los dueños de los agroturismos, la mayoría de los clientes se acerca un día a Bilbao para visitar su reciente museo de arte contemporáneo. El interés por la nueva pinacoteca alcanza, sobre todo, a los que se alojan en las casas rurales de Vizcaya y norte de Álava, asegura Aitor Tellería, responsable de la oficina de coordinación de agroturismo de Garai (Vizcaya). "Todos los que se han alojado aquí este verano han ido al Guggenheim", ratifica Jokin Batiz, que regenta desde hace siete años junto con su hermano Yagova el agroturismo Matsa, en Lezama (Vizcaya). Esta familia remodeló completamente su antiguo caserío para apuntarse al carro del turismo y aumentar así los escasos ingresos que llegaban del campo y del ganado. "El campo da para vivir mal", comenta Jokin, para añadir que la economía de su familia "ha dado un giro de 360 grados" desde que se animaron a instalar un agroturismo. El acierto ha sido tal que han decidido complementar las seis habitaciones para agroturistas con un hotel rural que inauguraron el pasado 6 de agosto. "En verano, teníamos que mandar a algunos clientes a otras casas de agroturismo, así que nos decidimos a arreglar la otra parte del caserío y abrir un hotel rural con 13 habitaciones". Más de 1.600 plazas En julio y agosto, este emplazamiento ha registrado un índice de ocupación del 96%, once puntos por encima del nivel medio registrado en este tipo de alojamientos este verano, que se sitúa en el 85%. La red vasca incluye 176 casas rurales con una capacidad total de 1.607 plazas. Por provincias, Guipúzcoa es la que mayor oferta tiene, con 93 caseríos y 887 plazas, seguida de Vizcaya, con 445 camas y, finalmente, Álava, con sólo 33 caseríos. El Gobierno vasco ha invertido en estos nueve años cerca de 556 millones de pesetas para subvencionar la rehabilitación de caseríos para fines turísticos. Junto al agroturismo de la familia Batiz, en Lezama, el caserío Txopebenta, en Gautegiz-Arteaga (Vizcaya); la casa Basterretxea, en Berastegi (Guipúzcoa), y Casa Maribel, en Aprikano (Álava), son las que mayor éxito tienen. Enclavado cerca del Parque Tecnológico de Zamudio (Vizcaya), el agroturismo de Lezama capta en invierno a madrileños y catalanes que vienen a trabajar periódicamente a las empresas de esta zona. "Aquí pueden descansar del estrés del trabajo", comenta Jokin. No es el caso del resto de los caseríos, que ven como en invierno desciende drásticamente su clientela. El verano de 1997, estos alojamientos registraron un nivel de ocupación del 75%, pero el bajón del invierno situó la media anual en sólo un 37,16%.Según datos de la central vasca de reservas de Garai, la explotación de este servicio ha incrementado los ingresos de los dueños de los caseríos una media de 2.500.000 pesetas anuales. Catalanes y madrileños son los principales usuarios de los agroturismos en verano. En invierno, en cambio, el País Vasco aporta el 85% de la clientela; parejas de las capitales vascas, menores de 35 años, son la principal fuente de ingresos los fines de semana, según las estadísticas del Gobierno vasco. El despegue turístico de Euskadi ha favorecido también la aparición de nuevos hoteles fuera de las capitales. Según datos de la Consejería de Turismo, actualmente existen 30 pequeños hoteles en el País Vasco que, enclavados en las zonas costeras o rurales, constituyen una alternativa a los alojamientos tradicionales. En este último grupo se encuentra el Hostal de la Emperatriz, en Lekeitio (Vizcaya), que abrió sus puertas en enero del pasado año, un antiguo palacio que perteneció a la familia real española y que ha recuperado su antiguo uso de hotel tras varios decenios de abandono. A diferencia de los agroturismos, que tienen más clientes de otras comunidades autónomas, los pequeños hoteles que están fuera de las capitales vascas reciben cada año mayor número de visitantes extranjeros. "Son turistas independientes, que buscan algo diferente a la oferta tradicional. Muchos preguntan por el Museo Guggenheim", asegura Garikoitz Ardeo, director del Hostal de la Emperatriz.
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