_
_
_
_
_

Los hospitales se resisten a facilitar la documentación relacionada con Maeso

Los hospitales valencianos donde trabajó el anestesista Juan Maeso se resisten a facilitar la documentación relacionada con el médico acusado de contagiar a más de un centenar de pacientes la hepatitis C, según se desprende del informe policial remitido al juzgado que investiga el caso. La policía, que ha solicitado al juez nuevas diligencias para acceder a documentación relacionada con Maeso, señala en su informe que la mayoría del personal sanitario interrogado no recuerda nada, pese a que parte del mismo llegó a interponer denuncias y quejas contra el anestesista.

El informe policial desvela que la clínica Quirón, la de Virgen del Consuelo y la Casa de la Salud -todas ellas privadas- donde trabajó Maeso han omitido buena parte de la documentación solicitada, alegando en algunos casos que los documentos quedaban en poder de los cirujanos y anestesistas que intervenían o que era remitida a la Inspección de Farmacia. Sólo el Hospital Militar de Valencia ha remitido la información solicitada. En ella se indica que Maeso hacía un "uso indiscriminado" de un opiáceo denominado dolantina. Respecto a las investigaciones realizadas en el hospital maternal de La Fe -centro público dependiente del Servei Valencià de Salut-, el informe remitido al juzgado que investiga el caso señala que la mayoría de las personas interrogadas apenas recuerda nada. Sin embargo, las indagaciones policiales indican que, al menos, en dos periodos -1987-88 y 1992-92- hubo quejas contra el comportamiento de Maeso. La última de las quejas estaba referida "a los problemas que presentaban un porcentaje excesivamente alto de pacientes en relación con los efectos de la anestesia que les era aplicada" por el médico investigado. La mayoría de las enfermeras que presentaron la queja contra Maeso, al ser interrogadas, negaron tener conocimiento de ninguna queja o declararon que éstas eran sobre el funcionamiento general.De las indagaciones efectuadas se deduce que uno de los conflictos entre el personal sanitario relacionado con Juan Maeso estuvo motivado por la falta de auxiliares de anestesia en algunos turnos nocturnos y en días festivos. De la declaración de las ATS se desprende que Maeso posibilitó la apertura de un nuevo quirófano en La Fe para el que no existía suficiente dotación de personal al renunciar expresamente a ella el anestesista. El testimonio de las enfermeras indica que durante los festivos y, cuando lo normal debía ser la presencia de dos anestesistas, Maeso ejercía solo.

Fue en una de estas operaciones en día festivo, en las que Maeso era el único anestesista, cuando se agudizaron las tensiones entre el personal. Del informe policial se desprende que una operación quirúrgica, realizada en abril de 1984, acabó con la muerte de una paciente en el servicio de reanimación de La Fe. La muerte motivó un cruce de acusaciones. El anestesista Juan Maeso realizó un informe que dio lugar a la apertura de un expendiente por falta grave a dos enfermeras. Sin embargo, el informe señala que "en un contexto temporal inmediato a estos hechos se produjo otra denuncia por parte de un sector de enfermeras contra el doctor Maeso". El expediente a las enfermeras concluyó con una suspensión de empleo y sueldo de seis meses, mientras que la denuncia contra Maeso caducó en 1988 por incumplimiento de los plazos establecidos. El expediente contra Maeso, según el informe policial, debería estar en poder del Ministerio de Sanidad. Las indagaciones realizadas señalan que, en el periodo citado, un buen número de enfermeras e incluso de médicos, "que pudiera ser considerado anormalmente excesivo", dejaron de trabajar en el servicio de reanimación donde ejercía Maeso de anestesista.

En la investigación realizada, y a pesar de la falta de memoria del personal interrogado, se señala que una de las supervisoras del servicio de reanimación donde trabajaba Maeso recuerda que cuando ocupó su puesto "le llamó la atención que el armario de los tóxicos permaneciera abierto y con las llaves puestas" por lo que decidió hacerse "cargo personalmente de la llave durante su turno de presencia". El sistema, según esta enfermera, consistía en que los opiáceos se cogían según su demanda y luego se justificaban con los partes de intervención y las cápsulas vacías.

El informe policial remitido al juzgado apunta además un nuevo dato de interés. Maeso realizaba "en sus prácticas anestésicas" una técnica denominada como "soplido", que consiste en "soplar por el tubo endotraqueal que le es introducido al paciente al objeto de asegurarse su correcta colocación". Una práctica que es considerada "hoy día anacrónica", según la información recabada por la policía.

El anestesista Juan Maeso se negó ayer a realizar manifestación alguna respecto al informe policial remitido al juzgado. Por su parte, Esquerra Unida (EU-IU), que se ha personado como acusación particular, volvió a reclamar la dimisión del consejero de Sanidad, Joaquín Farnós, del PP, porque era conocedor de que el anestesista Juan Maeso consumía opiáceos y conocía sus antecedentes a pesar de lo cual hizo "oídos sordos".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_