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Chernomirdin acude a la desesperada al FMI para pedirle que no abandone a Rusia

El rublo continuó ayer su estrepitosa caída y el Banco Central de Rusia reconoció su impotencia. En una medida sin precedentes, anuló las operaciones con dólares realizadas en el mercado de divisas, mientras el primer ministro, Víktor Chernomirdin, arremetía contra la entidad. El pánico causado por el bajón del rublo y de la Bolsa se ha extendido entre los rusos, que hacen cola para sacar sus ahorros. Chernomirdin, desesperado ante una situación que escapa a su control, viajó urgentemente a Crimea a reunirse con Michel Camdessus, director del Fondo Monetario Internacional (FMI).

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El imprevisto viaje de Chernomirdin se explica porque Rusia necesita más que nunca del dinero de la comunidad internacional, pero está claro que ésta no dará ayuda adicional. El FMI es el principal contribuyente al supercrédito que los organismos internacionales financieros acordaron dar a Rusia, que asciende a 22.600 millones de dólares (3,5 billones de pesetas).El problema es que este dinero se entrega por etapas y sólo después de que una misión de inspección concluya que el Kremlin está cumpliendo con el programa pactado con el FMI en julio. El primer tramo, ya entregado, fue de 720.000 millones de pesetas, 120.000 millones menos de lo acordado ante el incumplimiento por parte de Rusia de la aplicación de nuevas medidas fiscales. Moscú debería recibir el segundo tramo en septiembre, y es indudable que si se aplican rigurosamente los criterios del Fondo habría que aplazar la entrega del dinero. Chernomirdin tratará de convencer a Camdessus de que Rusia necesita desesperadamente que le den ese segundo tramo, ya que, de lo contrario, el país colapsará. El primer ministro recurrirá a tácticas ya probadas: meter miedo con lo peligroso que puede resultar para el mundo entero el que Rusia, con sus miles de cabezas nucleares, se hunda en el caos.

Las operaciones en el mercado interbancario de divisas tuvieron que ser interrumpidas ayer a poco de comenzar, debido a que el rublo cayó en los primeros minutos en un 5%. Ante esta situación, el Banco Central anuló todas las transacciones que había hecho en moneda norteamericana y fijó que hoy las operaciones comenzarán con el dólar a 7,86 rublos, es decir, con la cotización del martes. Antes del inicio de esta crisis financiera se cotizaba a 6,25 rublos, y analistas de la Bolsa de Madrid comentaban ayer que, si hoy no hay alguna medida que lo impida -y ayer el Banco Central anunció que no puede intervenir masivamente para defender el rublo- la moneda rusa puede llegar a caer hasta 15 o 20 por dólar. Ayer, el mercado interbancario continuó después las operaciones con el marco alemán, frente al cual el rublo perdió casi el 41%, cerrando a 7,6 rublos por unidad, en lugar de los 4,49 del día anterior.

Reservas agotadas

El Banco Central ruso ha optado por desentenderse tras intervenir masiva e infructuosamente para defender el rublo, en lo que se ha gastado 1,32 billones de pesetas en julio y agosto. A mediados de mes, sus reservas en oro y dólares sumaban sólo 2,26 billones. La Bolsa de Moscú cerró ayer con un descenso del 13,83%.La población rusa, que la semana pasada había reaccionado con relativa calma a las medidas introducidas por el Gobierno de Serguéi Kiriyenko, ahora está cayendo presa del pánico. La gente, si no encuentra dólares, se muestra dispuesta a comprar cualquier moneda extranjera, incluso dracmas griegos, con tal de deshacerse de los rublos.

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También se han formado colas en los bancos rusos para retirar los depósitos en moneda nacional y tratar de cambiarlos a divisas extranjeras. Ante la imposibilidad de hacerlo, muchos optan por comprar productos duraderos, que puedan guardar en la despensa, como lo hacían en los tiempos soviéticos, pero por otras razones muy diferentes a las de ahora. Entonces tenían dinero, pero había escasez de mercancías, y cuando éstas aparecían los rusos se apresuraban a comprar para tener reservas para varios meses. La crisis ha golpeado a los bancos y ayer se cobró su primera víctima importante: el Central privó de su licencia al banco Imperial. La confusión se ha reflejado también en las tiendas. Muchas cerraron por la tarde para cambiar los precios.

Mientras tanto, la oposición de izquierda trata de sacar partido de la situación y se vuelve cada vez más intransigente. Guennadi Ziugánov, líder del Partido Comunista, acusó ayer a Chernomirdin y al presidente Borís Yeltsin de ser los "culpables directos de la tragedia que vive el país", motivada por la aplicación de "una política mortal bajo el dictado de Occidente".

Ziugánov hizo un llamamiento al Consejo de la Federación, la Cámara alta del Parlamento ruso, para que se reúna en sesión extraordinaria y apruebe un documento en el que también pida la dimisión de Yeltsin. La Duma Estatal, o Cámara baja, ya aprobó la semana pasada una resolución en la que recomienda al presidente renunciar a su cargo.

Paralelamente, continuó ayer el trabajo de la comisión tripartita (Ejecutivo, Duma y Consejo de la Federación) para elaborar un acuerdo político y otro económico. Este último ya está consensuado en un 60%, según aseguró un portavoz del Gobierno. Los diputados terminaron su proyecto de acuerdo político, que prevé una serie de modificaciones a la Constitución con el fin de redistribuir las facultades de que gozan las poderes del Estado. La ley fundamental en vigor es claramente presidencialista.

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