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Idiomas

JAVIER MINA Cuando Dios en su eterna sabiduría quiso confundir a los hombres les envió una multitud de lenguas. El castigo resultó tan terrible que el mismo Dios en su eterna misericordia colocó sobre las cabezas de los más elegidos unas lenguas de fuego que, a modo de métodos o diccionarios, les hicieron comprender cuanto se hablaba en el mundo, incluso los centenares de lenguas caucásicas y amazónicas. Para entrever la magnitud del problema baste recordar que por aquí con sólo un bilingüismo andamos a la greña. En mi opinión, nos hubiera venido de rechupete no ya un Dios sino dos en vez de tanta academia y colectivo, pero... Bien está exilarse al caserío para imbuirse de la lengua que alguna madre desnaturalizada no tuvo a bien saber, del mismo modo que parece irrepochable correr a través de Irlanda o la de las praderas clintonianas en pos de una lengua tan franca como mendaz -nos vende comunicación y la usa...Lewinski-, pero ello no impide que debamos precavernos desde aquí contra los peligros que encierra cualquier lengua. Y más cuando creemos dominarla. O nos ocurrirá lo que al afamado cantante convencido de que "se puede decorar con gusto sin invertir grandes millones".Tranquiliza saber que vivimos en un mundo dotado de millones grandes y pequeños. ¿Y qué decir de ese bombero tan cachondo que se debe de estar mordiendo la risa cuando suelta que "si el fuego continúa vamos a tener problemas de seriedad"? En el mismo sentido, el de la complejidad del universo, parece abundar un reportero anónimo al informarnos que la idea de incorporar las cuevas de Ekain al patrimonio cultural vasco fue bien acogida por "el Gobierno Vasco, que no existía todavía". Más vale que en cuestiones ancestrales estamos dispuestos a aceptar todo, incluso gobiernos fantasmas. Pero no hace falta ser anónimo para meter la pata. Así, cierto cronista gastronómico se deshace en términos como "manjarosidad" o "suculentizado" y creyendo escribir tan bien como come menciona "unas criadillas que incentivan el vicio". ¿Cuál? Si la lengua propia nos juega malas pasadas, qué no ocurrirá cuando hay otra de por medio. Traducir no es traicionar, sino traicionarse. Al traducir "la lírica no era más audaz que la voz, la funda de oro reluciente acentuaba su pequeñez", se supone que nos quieren decir algo, pero ¿qué? En El sastre de Panamá lo incomprensible viene secundado además por la ordinariez si no por el surrealismo: "Podrá escupirles en los peluquines y los reflejos azules siempre que les venga en gana". ¿Dónde tendremos los reflejos azules? ¿Serán privativos de Panamá? Todo queda resuelto cuando caemos en que se refería a los sombreros de copa, lo que no impide que la cochinada siga ahí. Y es que lo de escupir ha hecho escuela. Si en la novela Vida y destino de Grossmann se puede leer que "los cosacos no escupían en el vodka" por una mala traducción del francés "ils ne crachaient pas sur le vodka" -"no le hacían ascos al vodka"- y que denuncia que no la tradujeron directamente del ruso, lo mismo ocurre, milagros de la globalización, con una novela noruega donde se lee: "Gronelv no escupía en el ponche. Tampoco el aguacil lo hacía". Bueno, si el alguacil no lo hacía podemos estar tranquilos. Mi amigo traductor me confió un hato de disparates que le remitió quien deseando pasar por colega forjó, agárrense,lo que sigue: "Un poco de un influjo puede ser compensado con un mucho de otro influjo para mantener el flujo. Si la disposición falta totalmente los mejores influjos que quedan sin efecto. De muchas maneras, aunque no siempre vale también lo contrario". ¿Les parece imposible de superar? Pues ya que de flujos se trata les haré partícipes de la tortura que el malévolo traductor aplica al protagonista de una novela de Sharpe y que consiste en que le metan "un supositorio vaginal por cada una de las extremidades". Será brutal, pero no menos que las cábalas anatómicas las que se ve sometida una muchacha de Cerebro de R. Cook por obra y gracia de la traslatriz: "Según dijo el doctor, tal vez se deba a una erosión cervical; me aconsejó que no usara el bidet con chorro fuerte y que no tuviera relaciones sexuales". ¿Para no desnucarse? ¡Para no deslenguarse!

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