Santiago acoge un gran festival como prólogo de su capitalidad cultural en el año 2000

El Compostela Millenium Festival no quiere convertirse en uno más entre los muchos festivales que se celebran en verano en España. Con unos 300 millones de presupuesto y a modo de aperitivo o prólogo de la capitalidad cultural que Santiago ostentará en el año 2000, la capital gallega acoge desde ayer y hasta finales de agosto espectáculos de música, teatro, danza y debates, con el director británico Peter Brook como figura homenajeada. El diálogo entre culturas de todo el mundo aparece como uno de los principales objetivos del festival.

El director del festival gallego, Xosé Denís, ha querido convertir esta muestra en un acontecimiento distinto a otros de sus características y con la mirada puesta en el siglo XXI. Como estrella del festival, que se desarrollará hasta el 28 de agosto en Santiago de Compostela, figura el británico Peter Brook, al que se le rinde un homenaje y del que se podrán ver dos espectáculos. Además, el programa incluye debates, jazz, espectáculos de otras culturas y la presencia de figuras como los directores musicales Alessandro de Marchi, Antonio Florio, Helmuth Rilling y Zubin Metha, o el coreógrafo Josef Nadj.Brook es el claro protagonista de esta primera edición del Compostela Millenium Festival. Se ofrecerán dos espectáculos dirigidos por este primer espada mundial de la escena. Del 17 al 21 de agosto se pondrá en escena Je suis un phénomène, espectáculo estrenado en España el mes pasado en el Grec de Barcelona, que cuenta con un texto del director británico y Marie-Hélène Estienne, escrito a partir del libro Una memoria prodigiosa, del neuropsicólogo Alexandre Luria. Del 26 al 28 y con carácter de estreno nacional se ofrecerán las representaciones de Oh les beaux jours (Días felices), de Samuel Beckett, una de las obras más bellas y atormentadas del escritor irlandés. También están previstos encuentros con el director británico, y su compañía del Théâtre des Bouffes du Nord ofrecerá el día 18 de agosto una representación de Historia de María, montaje dirigido por su primer actor, Maurice Bénichou.

Esta nueva muestra nace con una clara vocación de convertirse en un festival diferente. La base de la que parte su director es la creación de una programación basada en el diálogo cultural. "No se pueden seguir los criterios caducos de los festivales creados en los años setenta", señala Denís, "no se puede uno regodear y repetir los procesos de cultura occidental y más aún cuando nos encontramos ante una muestra que nace al final de milenio".

La primera aspiración del festival apunta al diálogo cultural, que se plantea como una necesidad de comunicación entre las culturas europeas y las del resto del mundo.