De una célula a un animal
En medicina, la disposición totalmente especular de los órganos se denomina situs inversus viscerum y no suele plantear problemas médicos, que sí se dan cuando sólo algún órgano está descolocado. En muchos casos, defectos de este tipo durante el desarrollo del embrión hacen que éste no resulte viable.La organización interna de los vertebrados durante su desarollo es uno de los grandes misterios de la biología. Como casi todo en genética, la aplicación de técnicas nuevas ha permitido acelerar su estudio, pero el proceso se ha revelado muy complicado.
Hasta ahora se habían descubierto genes que parecían tener influencia en la colocación de algunos órganos a un lado u otro del cuerpo, pero se expresaban durante muy poco tiempo y antes de que se diera realmente la asimetría.
El Pitx2 parece ser el gen maestro, el que es controlado por estos otros y cuya expresión determina la situación de los órganos. "Con este gen pudimos situar un órgano entero en el otro lado", dice Izpisúa. "No hacen falta miles de genes para lograrlo; sólo éste".
La idea de que tiene un papel preponderante se basa en los resultados de los experimentos ahora publicados que indican además que es el único que actúa durante todo el proceso embrionario.
El ser humano
La identificación del papel de determinados genes, algunos ya conocidos con anterioridad, en las fases de desarrollo ha sufrido un fuerte impulso en los últimos años, que ha permitido además confirmar que los mecanismos moleculares de formación de un embrión son muy similares en todos los vertebrados, por lo que los resultados de experimentos con animales son trasladables al ser humano.El equipo de Izpisúa, por ejemplo, ha participado en la identificación de genes que determinan el eje dorsoventral de la extremidad, o que determinan la aparición de extremidades y si éstas van a ser brazos o piernas. Uno de sus objetivos es el desarrollo de órganos in vitro a partir de células no diferenciadas.
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