La fiesta del paladar 2.400 personas celebran la III Cata Popular de Aguilar de la Frontera

La madrugada y la plaza ochavada de San José, el corazón de la localidad cordobesa de Aguilar de la Frontera arroparon el homenaje que 2.400 personas dieron el pasado sábado a su paladar. El Ayuntamiento aguilarense montó un gran escenario ante la fachada del consistorio desde el que sucedieron las intervenciones, se dirigió la multitudinaria cata de los mejores vinos de la zona y se desarrollaron varias actuaciones Lo cierto es que el espectáculo estaba al otro lado, en las mesas. Bastante antes de comenzar el acto, los tres accesos a la plaza de San José estaban colapsados por cientos de asistentes. En sus manos esgrimían unos tarjetones amarillos por los que a cambio de 1.500 pesetas tenían derecho a disfrutar de una singular noche y de una bolsa con una botella de la Denominación de Origen Montilla-Moriles y los cuatros imprescindibles catavinos. El acceso a menores estaba prohibido y por eso se habilitó la cercana sede de Izquierda Unida como servicio de guardería. La alcaldesa de Aguilar de la Frontera, Carmen Flores (IU), fue muy explícita en su intervención: pidió que "todo el sector aúne esfuerzos" porque "tenemos la obligación de dar a conocer fuera nuestros productos". La alcaldesa terminó su intervención con un canto al vino, obra del poeta Vicente Núñez, que llegaba a calificar estos caldos como "la voluntad abandonada en el don".Políticos de todas las esferas encabezados por los consejeros de Relaciones con el Parlamento, Antonio Ortega, y de Cultura, Carmen Calvo escucharon su parlamento. El pregonero de esta III Cata Popular de Aguilar de la Frontera, el periodista Tico Medina, se deshizo en elogios hacia el pueblo, sus productos y sus gentes. Exaltó este vino por ser "breve y bravo", y al acto porque, en su opinión, "todo el que se sienta en una mesa, alrededor del vino, lo hace para hacer amigos". Su deseo fue seguido por estas 2.400 personas que atentamente fueron siguiendo las explicaciones del director de cata, Manuel María López Alejandre, secretario del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Montilla Moriles. Sobre los cuatro catavinos que tenía cada participante se fueron escanciando uno a uno los vinos elaborados en Aguilar: joven, fino, amontillado y Pedro Ximénez. Cuatro paladares, colores, aromas y destinos distintos para cada uno de ellos. El secreto de su correcto uso es tomarlo en su momento determinado del día y con el acompañamiento oportuno. Así es el vino de Aguilar de la Frontera, el fruto de la tierra que más sano y puro llega al paladar. La fermentación de estos caldos, tan ricos en azúcares, no necesita de la adición de alcohol químico alguno para lograr la graduación deseada. Una vez degustados y paladeados los vinos de la bodega Toro Albalá y de las cooperativas vitivinícola local y Nuestra Señora de los Remedios, empapados en productos de cerdo ibérico, embutidos y dulces, llegó el contrapunto. El exotismo subió al escenario de manos de la compañía de danza oriental Hak Ryun, de Corea, y de la compañía nacional de Costa de Marfil, el contraste internacional en una noche de exaltación al producto local: el vino.