Vilalta defiende una ronda ferroviaria en torno a Barcelona para la vía del AVE

Albert Vilalta, presidente de GIF (Gestor de Infraestructuras Ferroviarias), empresa que promueve la construcción de la línea de alta velocidad, defiende que Barcelona tenga una ronda ferroviaria con un ramal que llegue al puerto (para mercancías) y al aeropuerto (para pasajeros) y desde ahí cruce la ciudad hasta la Sagrera, y una segunda vía que circule a través del Vallès. Ahora sólo le falta convencer al Ministerio de Fomento.

Vilalta, consciente de que el tiempo corre y de que o el trazado sale ya a concurso público o no podrá estar listo en el año 2004, ha propuesto al Ministerio de Fomento una opción que subsume la inicial, con una línea que cruza el Vallès y puede entrar en la Sagrera, y una segunda que, paralela al Llobregat, llegue hasta el aeropuerto y entre en Barcelona por Sants para llegar a la Sagrera a través de un túnel. Esta opción cuenta con el visto bueno del Gobierno catalán y sería bien vista por el Ayuntamiento de Barcelona. El elemento discordante es Fomento, que hace números y no le salen. El proyecto, según las primeras aproximaciones, supondría una inversión no menor de 150.000 millones de pesetas y que fácilmente podría alcanzar los 175.000 millones. El propósito de Vilalta es que la penetración en la ciudad se haga mediante una rotonda que englobe varias alternativas y permita a los trenes de paso no tener que entrar en Barcelona y a los otros acceder indistintamente al aeropuerto y el puerto marítimo, de donde partirá la vía mixta viajeros-mercancías hasta Francia. Todos estos tramos se harían con ancho europeo y, desde Barcelona, enlazarían con la frontera francesa. Esta solución salomónica plantea problemas operativos a Renfe, según fuentes de la compañía. Unos, derivados de la construcción de la nueva línea de alta velocidad y ancho europeo, que tendría que compaginarse con el tráfico diario de cercanías y largo recorrido, ya muy congestionado y a punto de alcanzar su nivel de saturación por los túneles actuales. Y una vez construida, porque tendría que compartir el espacio operativo con estas mismas líneas de ancho español en la estación de Sants, que no perdería su carácter de estación central de Barcelona, según fuentes de Fomento. Mientras no se resuelvan estas incertidumbres -a las que hay que añadir la ubicación de la estación de Girona-, la construcción de la línea de alta velocidad corre peligro de no cumplir los plazos para su entrada en servicio, fijada para el año 2004. Para principios de la próxima semana está prevista una reunión de la comisión técnica del aeropuerto de El Prat en la que se analizarán las propuestas de accesos ferroviarios a éste hechas conjuntamente por el Ayuntamiento de Barcelona y el Gobierno de la Generalitat, y en la que el Ministerio de Fomento debe dar su opinión al respecto. El Ayuntamiento barcelonés sostiene que el aeropuerto debe serlo de un territorio amplio, para lo que necesita conexión ferroviaria con Zaragoza y el sur de Francia, y la entrada en él de la línea Euromed que llega de Valencia.PASA A LA PÁGINA 6