Petición británica para retrasar las cosechas transgénicas

Primero fueron los eco-guerrilleros, grupos cada vez más radicales de ecologistas opuestos al cultivo de granos genéticamente modificados en el Reino Unido. Ahora le ha tocado el turno a la propia asociación gubernamental para la naturaleza, English Nature. En un informe recién publicado, solicita una moratoria de tres años para el cultivo comercial de semillas así manipuladas y destinadas al consumo humano o animal. Los "catastróficos efectos para la fauna y otras plantas" que ello podría acarrear aconsejan seguir investigando, según dicho organismo asesor del Ministerio de Agricultura.La primera semilla a punto de recibir la licencia comercial de uso en el territorio británico puede ser una de aceite de colza obtenida por la compañía belga Plant Genetic Systems, subsidiaria de la firma de biotecnología AgrEvo. El nuevo herbicida preparado para protegerla espera ahora el visto bueno oficial, proceso que English Nature desearía haber retrasado hasta estar segura de sus repercusiones.

Herbicidas

Según sus expertos, al producir cosechas resistentes a numerosas plagas, los granjeros emplearán insecticidas de amplio espectro. Éstos, mucho más fuertes, constituyen una amenaza para los pájaros y otros insectos que buscan alimento en los campos recién plantados o en flor. Si bien las empresas biotecnológicas aseguran que podrán emplearse cantidades mucho menores de las nuevas generaciones de herbicidas, "se trata más bien de sus efectos. No quedará nada para comer y aves como la alondra, ya amenazada, pueden acabar desapareciendo", en opinión de Brian Johnson, asesor de English Nature.Para los eco-guerrilleros, el concepto mismo de la modificación genética de cosechas enteras resulta intolerable. De ahí que estén asaltando plantaciones experimentales en plena noche. Un grupo menos violento, GenetiX, surgido en 1997, prefiere arrancar las plantas una por una hasta que el Gobierno atienda solicitudes y reparos como los de English Nature.