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Los profesionales de la flota, escépticos ante todo acuerdo político

El secretario de la Federación de Cofradías de Alicante, Rafael Vizcaíno, se mostró ayer escéptico sobre el resultado de la reunión de Madrid. Los pescadores no esperan que el acuerdo político sea inmediato, y por ello seguirán incumpliendo la normativa balear que reduce en una hora el tiempo de pesca. Vizcaíno, no obstante, recalcó que lo único positivo del acuerdo es que "el gobierno valenciano empieza, por lo menos, a interesarse por el problema". Por contra, la federación recrimina al Ministerio de Agricultura que "intente lavarse las manos, cuando el conflicto es en aguas exteriores, que son de su jurisdicción". Los portavoces de los afectados se reunirán esta misma semana con los responsables de pesca valencianos para conocer las negociaciones. "Hasta ese momento no podremos valorar la situación, pero de momento no hay ningún signo positivo", recalcó Vizcaíno. Los pescadores se muestran reticentes a instalar la llamada caja azul, un aparato similar al que llevan los aviones y que permite controlar los movimientos de los barcos. Los afectados demandan más información sobre las características del aparato. "El gobierno balear habla de control, pero si pescamos en una zona que no está prohibida no sé por qué nos tienen que controlar", apuntó Vizcaíno. "Cada pescador tiene sus caladeros, y prefiere mantener su ubicación concreta en secreto", añadió. Aunque el gobierno insular ha sancionado a 184 barcos alicantinos, a la federación sólo le consta la apertura de siete expedientes. "Tendrán que notificarnos la denuncia, y nosotros, por supuesto, la recurriremos porque consideramos que la norma balear es ilegal", comentó Vizcaíno. Los barcos alicantinos que pescan en aguas de Ibiza volvieron ayer tarde a sus puertos base después de faenar durante dos días en aguas baleares. Nardo Jerez, uno de los pescadores de Dènia afectados, apuntó que las pérdidas son importantes porque no pueden vender las capturas en las islas y tienen la obligatoriedad de desembarcar la mercancía en las lonjas de la península. "Estamos perdiendo unas 5.000 pesetas por kilo de gamba, porque cuando son del día nos las pagan a 12.000 pesetas, pero al cabo de un día cuestan sólo 7.000", precisó. "En otros pescados las pérdidas son menores, pero aún así desde que entró en vigor la norma estamos perdiendo unas 40.000 pesetas semanales", añadió.

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El Govern balear se muestra inflexible en el conflicto con los pescadores alicantinos
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