_
_
_
_

Almudena de Arteaga suaviza la imagen de la princesa de Éboli

Ana Mendoza, la princesa de Éboli, la princesa tuerta, (1540-1592) fue una mujer poco dispuesta a dejarse doblegar por las normas masculinas de su época. De niña, su empeño por entretenerse con la esgrima le costó un ojo, un incidente que no sólo le proporcionó un apodo, sino también uno de sus rasgos más seductores; tuvo diez hijos con un marido que tuvo la virtud de sosegar su alma, y la viudedad abrió la puerta a su carácter rebelde. Ha pasado a la historia como un ser malvado y caprichoso, pero ahora una descendiente directa suya, la historiadora y abogada Almudena de Arteaga, acaba de publicar La princesa de Éboli (Martínez Roca), una novela que restaura su figura.«La veo como una mujer sometida en el primer momento de su vida y luego apasionada, es de muchas maneras diferentes porque pasa por distintas etapas, se deja llevar un poco por los instintos porque no quiere someterse a las normas, muere arrepentida y despechada y es muy intrigante», dice de ella la autora, seducida desde niña por la figura de su antepasada. «Me he pasado seis o siete años para recopilar documentación, y luego he invertido un año más en escribirla», continúa.

Coautora de otras obras históricas, ésta es la primera novela de Arteaga. En su ópera prima la escritora ha buscado un estilo alejado de las novelas y libros de historia al uso. «He intentado hacer un libro que pueda llegar a todo el mundo», afirma. Por este motivo, pese a la enorme información que posee sobre esta gran dama, a la que se consideró durante mucho tiempo una de las amantes de Felipe II, ha evitado abrumar al lector con fechas y datos. Su opción ha sido la de abordar las diferentes épocas de la vida de la protagonista y dar de ellas pequeñas -aunque concentradas- porciones.

«Se ha hablado mucho de ella como alguien soberbio, caprichoso. Pero cuando la estudias ves que es alguien que te acaba dando pena, fue utilizada como cabeza de turco porque se buscaba un culpable para la muerte de Juan de Escobedo, pero no tenía ninguna relación con ella. Tampoco fue amante de Felipe II. Fue una mujer revolucionaria», asegura.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_