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LOS BIENES DE LAS ADMINISTRACIONES VASCAS

Una basílica de 8.369 millones

El edificio público más valioso de la Diputación guipuzcoana es la basílica de Loiola, que vale en tasación 8.369 millones de pesetas. El patrimonio foral incluye todo tipo de bienes inmuebles, acciones en 53 entidades y casi 4.000 objetos artísticos, desde jarrones de Sévres a esculturas y pinturas de Oteiza, Chillida, Basterretxea o Ignacio Zuloaga. El inventario patrimonial de la Diputación que se renovó el año pasado no cuantifica los derechos de propiedad intelectual ni los animales -es propietaria de 102 vacas, 44 caballos y 11 ciervos-, según explica José Antonio Maisuetxe, jefe del servicio del Patrimonio foral. Las principales propiedades corresponden a bienes inmobiliarios: 354 inmuebles con un valor total de 42.136 millones de pesetas entre los que sobresalen el santuario de Loiola, 8.396 millones; la sede de la Hacienda foral en Errotaburu, 3.954 millones; el centro cultural Koldo Mitxelena, 2.197 millones; el Palacio foral, 2.172 millones, y el centro residencial Txara-1, que está valorado en 1.470 millones de pesetas. En suelo, las mayores propiedades se localizan en el monte Leitzaran (24 millones de metros cuadrados) y los parques de Laurgain y Altzola. Por lo que se refiere a las participaciones forales en 53 sociedades y empresas, su valor nominal totaliza 6.179 millones de pesetas. La presencia accionarial de la Diputación abarca diferentes ámbitos económicos: 17 industrialdeas (polígonos industriales), sociedades culturales como la Quincena Musical y el Centro Kursaal, y los centros de investigación CEI Berrilan y el Parque Tecnológico de Miramón. Los turismos, excavadoras, camiones de bomberos, tractores y otros vehículos hasta sumar 318 unidades valen 1.263 millones de pesetas y una buena parte de ellos están adscritos a los departamentos de Carreteras y Agricultura. La infraestructura informática está tasada en 390 millones, mientras que el mobiliario se cifra en 1.570 millones. El inventario de obras de arte suma 3.942 piezas con un valor estimado de 528 millones de pesetas. En este ámbito la institución foral atesora cientos de objetos históricos y piezas de artistas consagrados: cinco esculturas de Oteiza con valores promediados de cinco millones, la escultura Enparantza 2, de Eduardo Chillida, 30 millones; seis jarrones de Sévres del siglo XIX que valen un millón y medio la unidad, y cuatro relieves en madera policromada del siglo XVI que están tasados en 20 millones. Relojes de carillón, tapices y candelabros también integran el tesoro artístico, que "tiene un valor incalculable, porque son objetos que nunca se pondrán a la venta, pero que se peritan a efectos de cobertura de seguros", según señala Nekane Goenaga, del departamento foral de Cultura.

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Un patrimonio de un billón

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