"El escultismo era una herramienta para luchar contra el franquismo"

La guerra civil y la victoria del franquismo significaron un duro golpe para el excursionismo y el movimiento escultista de Cataluña, de marcado signo progresista y catalanista. El implacable acoso de la dictadura franquista, sin embargo, no logró impedir que las organizaciones escultistas catalanas rebrotaran con fuerza entre los años cincuenta y sesenta. Entre los artífices de este resurgimiento destacan educadores como Josep Maria Batista i Roca, mosén Antoni Batlle y el matrimonio formado por los barceloneses Antoni Serra (1913) y Montserrat Jaques (1914). Fundadores en 1958 de la primera organización escultista laica y coeducativa (mixta) de Cataluña, Nois i Noies Escoltes (NINE), Serra y Jaques se vieron obligados a trabajar en la clandestinidad más que ninguna otra de las entidades excursionistas resurgidas en aquel momento, la mayoría de las cuales eran de carácter confesional y gozaban, por tanto, de cierta tolerancia por parte del régimen franquista. Por la "incuestionable labor pedagógica" que desempeñaron el matrimonio Serra-Jaques y por su "valentía" al infundir en los jóvenes valores proscritos por la dictadura (democracia, feminismo, respeto a la naturaleza y conciencia catalanista), los fundadores de NINE serán homenajeados hoy en el Palau de la Generalitat. Durante el acto, la comisión cívica de ex miembros de Nois i Noies Escoltes pedirán al Gobierno catalán que se distinga a la pareja con la cruz de Sant Jordi. "Nos satisface este homenaje, pero nos llega por sorpresa. Nunca hemos esperado que se nos premiara por haber hecho algo en lo que creíamos", asegura Antoni Serra. "Al regresar del exilio, en 1943, nos encontramos con una Cataluña desengañada y apática. Había que fortalecer el carácter de la gente de nuestro país y creímos que el escultismo era la mejor herramienta que teníamos en nuestras manos para conseguirlo", agrega Serra. Lucha contra el régimen Su esposa, Monserrat, recuerda que Batista i Roca, considerado por muchos el padre del escultismo en Cataluña, estaba convencido de que "el excursionismo iba a salvar a Cataluña tras la dictadura de Primo de Rivera". "De la misma forma, nosotros creímos que desde el escultismo se podía luchar contra la dictadura franquista", señala Montserrat Jaques. En la clandestinidad, NINE explicó a centenares de jóvenes lo que significa la democracia. Frente a la persecución del régimen -que sólo reconocía a las juventudes falangistas el papel de educar a los jóvenes-, la entidad laica contaba con la complicidad de mosén Antoni Batlle, a quien se atribuye el haber vinculado el escultismo a la Iglesia católica en Cataluña. "Si la Guardia Civil intentaba reventar alguna de nuestras actividades, nosotros teníamos permiso de mosén Antoni Batlle para decir que formábamos parte de su agrupación", explica Montserrat Jaques. "¿Por qué optamos por un escultismo laico? Porque pensábamos que nuestras actividades debían ser abiertas a todo el mundo, sin distinción de origen, creencia o sexo. El escultismo en aquel momento era demasiado confesional, había que modernizarlo", explican Antonio y Montserrat. Influidos por los movimientos excursionistas laicos franceses, el matrimonio empezó a organizar actividades insólitas para el escultismo catalán de la época: danza, expresión corporal, cursos de educación medioambiental, las denominadas caravanas de adolescentes, que hacían viajes culturales por Europa. La principal innovación de NINE, sin embargo, consistió en la implantación de la coeducación en Cataluña. "Si algo ha quedado de nuestro trabajo es que en la actualidad ya ninguna entidad escultista separa a los chicos de las chicas" , afirma Montserrat. La coeducación, según los estatutos de NINE, era concebida como una alternativa "plenamente liberadora", especialmente en una época en que sólo una minoría hablaba de la emancipación de la mujer y de la igualdad de derechos entre los dos sexos. En aquellos años, Montserrat Jaques se dedicó con especial entrega a la lucha feminista, pese a que el clima no era nada propicio. "Todavía recuerdo que me negaban las ayudas para NINE y, en cambio, se las concedían a Antoni", afirma. Nois i Noies Escoltes mantuvo su actividad hasta finales de los años setenta. El debate sobre la necesidad de unificar el escultismo catalán fue el detonante de la disolución de las distintas agrupaciones de la entidad laica y coeducativa. Muchas de las agrupaciones de NINE se habían quedado sin jefes porque se afiliaron a Escoltes Catalans o a otras organizaciones partidarias de la unificación. "Nosotros no aceptábamos esta unión porque hubiera significado renunciar a algunos de nuestros principios, que queríamos conservar", explica Antoni Serra. En 1979, NINE se disolvió. En las estanterías repletas de libros que hay en el domicilio del matrimonio Serra-Jaques abundan los volúmenes sobre excursionismo y escultismo. Muchos de ellos detallan la dilatada trayectoria de los fundadores de NINE. "Parece imposible que hayamos hecho tanto trabajo", comenta Antoni Serra. El matrimonio Serra-Jaques vive hoy algo apartado del movimiento escultista actual. "No podríamos decir si el escultismo de hoy es mejor que el nuestro porque no lo seguimos de cerca", señalan. Sí tuvieron noticia de que la rama laica de la Federació Catalana d"Escoltisme (Escoltes Catalans), entidad que consideran heredera de NINE, participó en la organización de la reciente manifestación celebrada en Perpiñán en favor del catalán. "Si sus actividades siguen esta dirección, significa que van por buen camino", añade Montserrat.