Aznar promete que España incrementará su aportación voluntaria para reducir el consumo

El presidente del Gobierno, José María Aznar prometió ayer en el pleno de la ONU que España volverá a incrementar su contribución voluntaria, por un total de 80 millones de pesetas anuales, para financiar proyectos de cooperación, en particular para reducir la demanda de la droga.El presidente del Gobierno utilizó la plataforma de la Asamblea de las Naciones Unidas para expresar la preocupación de su Gobierno por el incremento del tráfico y consumo, tanto en España como en el resto del mundo, de las drogas de síntesis, también llamadas de diseño, como el éxtasis y otras sustancias anfetamínicas. España propugnó la ampliación de la lista de precursores que se utilizan para la elaboración de este tipo drogas. "Éste", dijo Aznar, "debe ser un objetivo proritario en el próximo futuro de la comunidad internacional".

Antes de su intervención ante la Asamblea, Aznar se reunió con el presidente de Costa Rica, Miguel Ángel Rodríguez, y con Ernesto Zedillo para estudiar la reforma de las Cumbres Iberoamericanas que España impulsa. También se reunió con el primer ministro de Marruecos, Abderraman Yousufi, y los presidentes de Colombia, Ernesto Samper, y el de Rumanía, Constantinescu, un país que busca el apoyo de España para incorporarse tanto a la Alianza Atlántica comoa la Unión Europea. Con el primer ministro de Marruecos, Aznar pasó revista a la situación en el Sáhara Occidental.

Su intervención ante la Asamblea se centró en el pleno apoyo de España al establecimiento de una política internacional de lucha contra la droga basada en planes globales.

No es posible alcanzar soluciones trabajando sólo en lo relativo a la oferta o la demanda. "Hay que ocuparse también del blanqueo de capitales, la prevención del consumo, la asistencia a drogodependientes, la reinserción social, el comercio ilícito de precursores y el fomento de desarrollo alternativo", señaló Aznar en su discurso.

La posición diplomática de España en el tema de la droga se alinea con las tesis de México, cuyo presidente Ernesto Zedillo ha sido uno de los principales promotores de esta reunión de las Naciones Unidas. México, como Colombia y otros países latinoamericanos, rechaza el unilateralismo de Estados Unidos, que expende certificados de buena conducta y aplica sanciones a los países por su comportamiento en el tráfico de drogas. España apoyó, en línea con los países latinoamericanos, la corresponsabilidad y el desarrollo alternativo como medios más eficaces para afrontar el problema. España, en el mapa del tráfico internacional de drogas, es la puerta de entrada en Europa de los cargamentos de cocaína y de cannabis y punto de destino de heroína, una droga en declive, y de las nuevas drogas de síntesis, en plena expansión. Es en estas reuniones internacionales donde todos los países, incluidos aquéllos en los que se produce, desde donde se distribuye o donde se blanquean las ganancias de la droga, hacen solemnes declaraciones que casi nunca se cumplen. De hecho, rara vez surge el tema en las negociaciones bilaterales de alto nivel de España con los países productores como Marruecos, Colombia, Perú o Bolivia.