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Kofi Annan abre la sesión antidroga de la ONU en el deseo de que sea histórica

Zedillo pide respeto a la soberanía nacional en la lucha global contra el narcotráfico

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, expresó ayer su deseo de que esta semana se convierta en el punto de inflexión en la lucha global contra la droga y sea recordada en los libros de historia. Con su discurso inauguró la 20ª sesión especial de la Asamblea General, donde mañana se firmarán objetivos concretos de aquí al año 2008. La lucha contra el blanqueo de dinero, la reducción de la demanda y la preocupación por las drogas de diseño son parte de la agenda de los 150 representantes (incluyendo 35 jefes de estado) desplazadas a Nueva York.

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Las intervenciones de la primera jornada fueron tan protocolarias como de costumbre. El presidente mexicano Ernesto Zedillo dijo que la prevención de la droga es una cuestión de salud pública y, en clara referencia a EEUU por la reciente disputa sobre una operación encubierta para desarticular una campaña de blanqueo de dinero en México, dijo que la soberanía nacional debe siempre ser respetada. "La demanda viene de los países con mayor capacidad económica," dijo Zedillo, "pero nuestros hombres y mujeres, nuestras comunidades e instituciones, sufren primero".Con argumentos parecidos, también intervinieron en la sesión de ayer Rafael Caldera (Venezuela), Alberto Fujimori (Perú), y Ernesto Samper (Colombia), aparte de José María Aznar. El presidente francés Jaques Chirac realizó una alocución recargada de poesía, mientras que el estadounidense Bill Clinton prefirió hablar de cosas concretas y anunció una campaña publicitaria de 2.000 millones de dólares a lo largo de cinco años para distribuir anuncios e información (incluyendo Internet) enfocados a gente joven sobre los peligros del consumo de estupefacientes.

"Seamos honestos", dijo Clinton. "Este debate no hace avanzar la lucha contra la droga. Señalar con el dedo a los responsables desvía la atención y no desmantela a los carteles, no ayuda a un sólo adicto, no evita que un niño pruebe la heroína y muera".

La presente Convención de Naciones Unidas contra el narcotráfico dirige su atención a seis temas principales: sustancias precursoras, estimulantes anfetamínicos, cooperación judicial, blanqueo de capitales, reducción de la demanda y eliminación del cultivo ilícito y el desarrollo alternativo.

El máximo responsable de Naciones Unidas en materia de drogas, Pino Arlacchi (ex fiscal italiano experto en la mafia) quiere reimpulsar también un plan para eliminar el cultivo de cocaína y heroína en los próximos diez años. "Queremos que todos los agricultores del mundo que están cultivando sustancias ilegales hagan un balance entre el ingreso que tiene ahora y la calidad de vida que pueden lograr si participan en el programa".

La ONU maneja cifras según las cuales unos 141 millones de personas en el mundo consumen cannabis, 30 millones toman anfetaminas (incluido éxtasis) y ocho millones usan heroína. El tráfico ilegal genera entre 300.000 y 500.000 dólares al año, según el Plan de Naciones Unidas para la Fiscalización de la Droga. Un grupo de políticos, académicos y personajes públicos firmó ayer un manifiesto promovido por la Fundación Soros para pedir la legalización (véase EL PAÍS del domingo pasado), evitando el discurso represor. Un enfoque similar busca estos días en Nueva York la llamada Coalición para la Reducción de Daños, que engloba a organizaciones no gubernamentales de todo signo y asociaciones pro-legalización.

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