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De Borrell a "Mortadelo y Filemón"

El efecto Borrell llegó ayer a la Feria del Libro. En la edición pasada la política-actualidad no interesó a los lectores y este año tampoco parece tener más predicamento. En cambio los políticos, algunos, están en alza. José Borrell llegó como un tornado para presentar el libro colectivo en el que ha colaborado, Visiones de una política de progreso (Acento Editorial). «¡José, José!», «vamos a ganar», «José, suerte y adelante». Había mucha gente de mediana edad y sobre todo jóvenes que no paraban de jalear al político. Con él estaba Diego López Garrido, de Nueva Izquierda, coordinador del libro. Ambos mostraron tener más memoria que los editores allí presentes, José Antonio Camacho y Juan Cabrera, que recordaban con angustia el sufrimiento infinito de la edición: «Margarita Robles fue la última en entregar», dijo Camacho. «El libro, creo», añadió, «se presentó justo después de la elección de Borrell». «No», precisó el aludido, «apareció en el tercer día de las primarias y se presentó en la mitad del proceso». No es un libro oportunista, explicó López Garrido: «Se puso en marcha hace algo más de un año y fue poco después cuando pedí los artículos a los diferentes colaboradores (Victoria Camps, Carlos Carnero, Antonio Gutiérrez, Nicolás Sartorius, entre otros)».

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Nueva Izquierda y el PSOE firmaron juntos en la feria en olor de multitudes. ¿Qué significa? «El triunfo de la izquierda en las próximas elecciones», aseveró tajante López Garrido. Borrell, tan seductor como siempre, se mostró impresionado por la acogida: «Me siento tan pequeño; todo esto me hace sentir la finitud de la vida ante la inmensidad de los libros». No es la primera vez que va a la feria, hace años presentó La república de Taxonia. «Se han vendido de este libro 3.000 ejemplares y eso que era de matemáticas e ininteligible».

"¡Compañero!"

Alfonso Guerra desembarcó en la feria el sábado para firmar copias de su Diccionario de la izquierda. Fue su debú y se quedó impresionado al escuchar los gritos de «¡compañero, compañero!» y aún más al firmar casi 200 ejemplares.Organizadores, libreros y editores se pasaron el fin de semana rezando a los dioses de la meteorología para que no cayeran chuzos de punta. Triunfó un sol inclemente que no arredró a nadie; ayer estuvieron, al pie del cañón los escritores y sus admiradores. A la cola de Antonio Gala hubo que ponerle vallas para ordenar la concurrencia. Fue imposible acercarse a las de Carmen Martín Gaite, José Luis Sampedro o Eduardo Haro Tecglen. Pero quien se llevó la palma fue Francisco Ibáñez. Por si le faltara publicidad al autor de Mortadelo y Filemón le montaron unos sosias de sus personajes.

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