Inaugurada tras cuatro años de trabajos la restauración del arco romano de Roda de Barà
Más de cuatro años de trabajos y una inversión cercana a los 100 millones de pesetas han sido necesarios para devolver al arco de Barà (Tarragonès) su diseño original de la época romana, cuando fue construido en el último tercio del siglo I antes de Cristo, en tiempos del emperador Augusto. Restaurado arbitrariamente en otras tres ocasiones, los arqueólogos y arquitectos han aprovechado este tiempo para redactar el más completo estudio sobre este monumento honorífico, tras desmontarlo pieza por pieza. La restauración definitiva se inauguró ayer.
La restauración, dirigida por el arqueólogo Xavier Dupré y el arquitecto Jaume Costa, no sólo ha devuelto al arco su forma inicial, sino que también ha servido para desmontar todas las teorías sobre la fecha de su construcción. Los trabajos que se realizaron en 1840, cuando se modificó el estilo para dedicarlo como monumento a la paz en honor de la reina Isabel II y del general Espartero, desvirtuaron por completo el diseño y sobre todo el remate superior, con una coronación falsificada que no correspondía a ningún estilo arquitectónico. Los expertos han datado el arco de Barà en el último tercio del siglo I a. C. y no en el I d. C. como se creía hasta ahora. El monumento fue construido en honor de Lucius Licinus Sura, un antepasado homónimo del senador que vivió en la época de Trajano. La restauración ha consistido sobre todo en recuperar el diseño original de la cornisa mediante la restitución de tres piezas originales que se reutilizaron en 1840 y que permanecían ocultas desde entonces. Los expertos también han sometido al arco a una minuciosa limpieza de todos los sillares, desmontados uno por uno, muy afectados por la contaminación causada por los vehículos que circulan por la carretera, situada a ambos lados del arco de Barà. Los arqueólogos también han podido recuperar una línea de sillares de la base del monumento, enterrada hasta ahora por una pavimentación de cuando se arregló la carretera N-340, que en este tramo sigue el mismo trazado que la antigua Vía Augusta romana. Ello ha permitido que el arco de Barà recupere medio metro de altura, por lo que ahora mide más de 12 metros. Asimismo, se ha ajardinado todo el entorno del monumento. La restauración ha sufrido considerables retrasos sobre todo por la rigurosidad del proyecto y por problemas de financiación, hasta el punto que el propio Ayuntamiento de Roda de Barà tuvo que adelantar dinero para continuar los trabajos. Ha sido el Ministerio de Fomento el que ha sufragado la totalidad del presupuesto, de 98 millones de pesetas. Durante las obras de restauración, el arco cambió de titularidad ya que el Gobierno central lo transfirió a la Generalitat. Esta es la cuarta restauración a la que se somete el monumento, después de las de 1788, 1840 y 1936, pero ésta ha sido la más rigurosa científicamente. El arco, uno de los más importantes que se conservan en España y emblemático de las comarcas de Tarragona, tiene exactamente 12,28 metros de altura, con un arco único de 10 metros enmarcado en falsas pilastras. La ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre, fue la encargada en la tarde de ayer de inaugurar la restauración de este monumento, acompañada del consejero de Cultura de la Generalitat, Joan Maria Pujals. Aguirre, horas antes, había visitado en Tarragona la cabecera del circo romano y firmó en el libro de apoyo a que la ciudad sea declarada Patrimonio de la Humanidad. Los ministerios de Fomento y de Cultura invertirán durante este año en la provincia de Tarragona un total de 7.000 millones de pesetas. Entre las obras más destacadas figuran la hostelería del monasterio de Poblet, las restauraciones de las catedrales de Tortosa y Tarragona, la adecuación del teatro-auditorio de Amposta y la construcción de uno nuevo en Deltebre.
